domingo, 31 de enero de 2010
Me gusta lo correcto
En primer lugar, me sorprende que se coman la comida de las ardillas, se vende en quioscos.
En segundo lugar, se las comen andando por la calle mientras pasean o van charlando.
En tercer lugar, tiran las cáscaras por la calle y en cualquier parte sin mayor cuidado.
En cuarto lugar, los que lo hacen no sólo son niños sino que también son adultos.
En quinto lugar, son muy nutritivas, están muy ricas y estoy totalmente enganchada.
Lo que pasa es que en Japón, no está bien visto comer algo andando por la calle, encima, tirar algo al suelo es un comportamiento inmoral. Por eso me impresionó mucho cuando lo vi por primera vez. Ahora me gustan mucho y las como a menudo, pero todavía me resisto a comerlas por la calle tirando las cáscaras al suelo.
Sin embargo, yo encontré un comportamiento aún más sorprendente todavía en el supermercado español. Me sorprendí al ver que los niños estaban comiendo los mismos productos que se vendían en el supermercado y antes de pasar por caja para pagar la cuenta. ¿Es correcto? Es imposible que esto ocurra en Japón, así que cuando vi que aún los adultos comían los productos sin pagar, lanzaba una mirada llena de admiración. ¡Qué tolerante es España! De este modo, hay muchas cosas que me chocan en el supermercado.
El tema del que ahora voy a empezar a escribir es uno de los choques culturales en el supermercado. Pero antes de contarlo, quiero que no olvidéis esto: Yo no soy tacaña, soy un ama de casa ahorradora. Quiero que leáis lo siguiente teniendo como base que soy ahorradora. ¿De acuerdo? Me chocó que cada vez que pagaba mi cuenta recibía menos cambio del correcto. Bueno, no era tanto dinero en realidad, entre cinco céntimos y diez céntimos en cada ocasión, pero siempre recibía de menos. Al principio no estaba acostumbraba al euro, así que no podía comprobar o darme cuenta al momento de si el cambio era correcto o no. Pero hubo una vez que vi claramente que el cambio fue incorrecto. Pensaba que era error de la cajera, tenía que decírselo. Pero pronto me di cuenta de que no sabía cómo lo diría en español. Sí, no podía hablar nada de español. Lo único que podía hacer fue abandonar la idea de reclamar. ¿No? ¿Habría algún otro remedio? Al menos en aquella época no conocía ninguno. Vale, no pasa nada, porque me faltaban sólo tres céntimos.
El otro día, fui otra vez al supermercado, es que soy ama de casa, así que ir al supermercado es mi obligación, aunque no me gusta nada cocinar. ¿Y qué ocurrió? Sí, de nuevo me faltaron dos céntimos en la vuelta. ¡Otra vez! Como era imposible llegar a hablar español en tan poco tiempo, esta vez también renuncié a mi cambio. Pues no pasa nada, sólo eran dos céntimos de menos, incluso ya la suma total de cinco céntimos no saca a nadie de pobre.
Al día siguiente, fui otra vez al supermercado como siempre. Todavía no podía hablar nada de español. ¿Y qué pasó? Ya podéis imaginarlo. ¡Sí, el cambio fue incorrecto! ¡Me faltó un céntimo! ¡Díos mío! Sé que no pasa nada porque sólo era un céntimo, pero ya sabéis qué puedo pensar. En Japón esto no ocurre nunca jamás, el dinero siempre es correcto hasta la última cifra, además he recibido una educación que hace hincapié en que hay que tratar bien el dinero y esmerarse con el trato al cliente, así que me sentía airada por un cambio incorrecto consecutivo y constante. Pensaba que por qué tenía que pasarme siempre esto a mí.
Reflexiona: Si te faltan tres céntimos cada vez que compras y compras una vez cada uno de los 365 días del año. 365 días x 3 céntimos =10'95 euros que se apropia la cajera sin darte explicaciones. Como no sólo de pan vive el hombre, hay que hacer más de una compra al día y ya no quiero hacer más cuentas porque no quiero sentirme peor. Mejor me lo hubiera gastado en cervezas o en el cine.
Entonces, me hacía una serie de preguntas:
¿Este tratamiento era totalmente una casualidad consecutiva?
¿Es que me lo hacían queriendo porque soy extranjera?
¿Aquí en España, menos de cinco céntimos no le importaba nada a nadie?
¿La cajera tiene derecho a decidir por su cuenta darme cambio de menos si sólo son céntimos?
Ahora ya estoy acostumbrada a recibir menos cambio del que debería recibir. Pero soy ahorradora por eso no me siento bien por el gasto sin razón. No es porque yo sea tacaña, sino porque soy una mujer justa. Ahora cae de su peso que mi monedero esté lleno de todo tipo de monedas suficientes para pagar mi cuenta con la cantidad exacta y no necesitar recibir ningún cambio cuando voy al supermercado. Me gusta lo correcto.
sábado, 30 de enero de 2010
Una chica encerrada
viernes, 29 de enero de 2010
El tiempo en la cocina
Últimamente, el tiempo pasa muy rápido para mí. Un hombre dijo, "Cuando éramos niños, el tiempo no pasaba tan rápido como cuando somos adultos. ¿Por qué? De niños, todo es nuevo, todos los días descubrimos algo nuevo y experimentamos lo que no sabíamos. Nuestros corazones palpitaban en aquella época. Pero cuando somos adultos, tenemos ya bastantes experiencias y conocimientos, así que no hay muchas cosas nuevas que nos palpiten en nuestra vida cotidiana. Por eso sentimos que el tiempo pasa en un abrir y cerrar de los ojos. Por consiguiente, haz algo nuevo y el tiempo pasará rápido como de niños." Estoy de acuerdo con esta opinión. ¿Qué os parece?
A pesar de todo, soy ama de casa, me encargo de las tareas de casa y tengo sólo 24 horas al día. Además siempre tengo ganas de tener más tiempo libre. Así que, en realidad, nunca escatimo esfuerzos para tener más tiempo libre y siempre pienso cómo puedo conseguir más tiempo libre en mi vida cotidiana. Afortunadamente, no hay ningún horario obligatorio sobre las tareas de casa, aunque por otro lado es una lástima que tampoco haya un sueldo. Bueno, hay muchas posibilidades de que pueda ahorrar tiempo. Todo depende de mí. ¡Qué bien! ¿No os parece? ¿Qué estoy haciendo para eso? Voy a contarlo. Como he dicho repetidas veces, a mí no me gusta cocinar. Evidentemente, el tiempo para cocinar, ese tiempo es nada más y nada menos que un malgasto de tiempo para mí. Bueno, la verdad no es que sea malgastar, pero siento que malgasto mi tiempo. Entonces tengo que hacer algo. ¿Y qué hago yo? No quiero gastar más de una hora para preparar la comida. Si es posible, quiero prepararla sólo dentro de media hora. Así que ¿qué ocurre durante la cocina? Eso es una guerra que empieza desde que abro el frigorífico, decido el menú principal, pienso cómo utilizo más de cinco tipos de verduras, planeo el orden calculando el tiempo, por ejemplo, qué plato tengo que cocinar al principio o desde qué verdura empiezo a pelar, etc. Si es posible, no quiero usar muchos utensilios de la cocina, es que luego el fregadero rebosa y eso me fastidia. No me molesta nada rebosar el cesto de ropa sucia, pero me molesta un montón que rebose el fregadero. A veces me imagino si tuviera cuatro manos. Así, cada día voy esforzándome un poco más y ahora tardo cuarenta minutos por término medio en preparar la comida. Gasto mucho menos tiempo que antes, pero todavía no estoy satisfecha. Tengo una sensación de competidora. Todavía tengo que entrenar más veces para gastar menos tiempo. Me quedo estupefacta cuando el tiempo de comer es tan corto. Comer es mucho más rápido que preparar la comida. Me siento angustiada. Es todo un desafio y pienso vencer.
El almuerzo de hoy 29 de enero de 2010:
La hamburguesa casera a la salsa de champiniñón, con patata, zanahoria y calabaza cocidas.
Ensalada de lechuga y pasas. Arroz blanco.
Elaborado entre fogones por Macarena.
jueves, 28 de enero de 2010
Hacer la colada
Elaborado entre fogones por Macarena.
miércoles, 27 de enero de 2010
La pasta
Cuando leáis hasta aquí, tal vez vosotros tengais una impresión de que a mí me gusta mucho cocinar. Pero como antes os dije, a mí no me gusta nada cocinar. Si fuera posible, me gustaría comer en el restaurante todos los días. El tema de hoy trata sobre la "pasta". Lo que quiero decir es que cuando cocino algo de pasta, no sólo lo hago porque me apetezca comer pasta, sino también porque no me apetece cocinar. Es que la cocina con pasta es muy fácil. Cuando no tengo ganas de cocinar, como soy ama de casa y a la fuerza tengo que cocinar algo, casi todas las veces elijo algo de pasta. A veces sigo comiéndola durante toda la semana. No está mal porque está buena y es variada. Tengo confianza en mi cocina con la pasta porque la aprendí en el curso. Pero, pero...en realidad, cocino algo de pasta porque soy una comodona a la hora de cocinar. ¡Lo siento, cariño! Si yo preparo espaguetis no es porque a ti te gusten, sino porque no tengo ganas de cocinar. Mañana, espero cocinar algo sin pasta.
El almuerzo de hoy 26 de enero de 2010:
Espaguetis a la salsa de tomate con "bacon", berenjena, champiñón y pimiento.
Ensalada de lechuga, tomate, pasas y brócoli.
Elaborado entre fogones por Macarena.
martes, 26 de enero de 2010
El tamaño de las verduras españolas
Cuando vine a España, ir al supermercado fue una experiencia muy interesante. Había muchos productos que no veía en Japón, de los que no conocía su nombre, o que no conocía cómo se utilizaban. Lo que más me llamó la atención fue el jamón. En España muchos jamones están colgados como si fuera algo normal. Pero para nosotros los japoneses, esta imagen es una vista extraña, aunque ahora yo estoy acostumbrada. Lo que también me sorprendió fue la diferencia de tamaño de las verduras entre Japón y España. La berenjena y el pepino español son de un tamaño más grande que el que encuentras en una tienda japonesa. Cuando vi el pepino español por primera vez, me sorprendí muchísimo. ¡Qué pepino tan grande y gordo! El japonés es más fino y la longitud es más o menos igual. La verdad es que sabe un poco diferente. Para mí, el pepino español es un poco insípido, aunque me gustan. Pero la berenjena me ha sorprendido mucho. ¡Es gigante! La japonesa es más chica y más delgada. Cuando la vi por primera vez, pensaba que era de un tipo especial, así que buscaba otra variedad, la normal, pero no la encontraba. Es que la berenjena española es así. Me gustan las berenjenas, entonces las uso frecuentemente para cocinar. Por el contrario, la zanahoria española es más delgada y pequeña que la japonesa. Nunca he visto una zanahoria gorda en España. Tengo que tener cuidado cuando las cocino leyendo la receta japonesa que dice: "dos zanahorias". Es que "dos zanahorias " japonesas son igual que más de cuatro o cinco zanahorias españolas. Lo que es normal para mí no es normal para otra persona de aquí. Vivir en el extranjero me despierta la curiosidad.
No se me quita la tos. Sin querer, voy entrenando mis músculos del estómago cada vez que tengo tos. Lo triste es que tengo mucho apitito, aunque estoy resfriada. Resfriarme no me ayuda nada para adelgazar.
lunes, 25 de enero de 2010
Cuando voy engordando
Hoy quiero hablar sobre cómo me doy cuenta de que voy engordando. No es que me dé cuenta de eso cuando me pongo la ropa. Tampoco cuando me peso, es que no tengo una báscula. Yo me doy cuenta porque, sin querer, me muerdo la carne por dentro de la boca. Cuando engordo, la carne interior de mis mejillas va hinchándose más y más dentro de mi boca, entonces cuando como algo y mastico, muerdo mi carne de dentro. Es en ese momento cuando tomo conciencia: "¡Ah! Estoy engordando." Hace poco que me mordí.
Bueno, ya es hora de cuidarme un poco. Cuando cocino, no quiero que me falte comida, entonces cocino mucha cantidad. Y, en consecuencia, sobra comida y no quiero dejarla, es decir, que me lo como toda aunque ya esté llena. Está claro que voy engordando porque como demasiado. Voy a intentar cocinar menos cantidad de la que hago siempre para no herir más mi carne.
El almuerzo de hoy 25 de enero de 2010:
Tortilla japonesa, KINPIRA de pimiento y zanahoria, arroz blanco y sopa de MISO.
Fruta (kaki y platano).
Elaborado con fogones por Macarena.
La cena de hoy 25 de enero de 2010:
ONIGIRI y SUSHI de salmón por Macarena.
domingo, 24 de enero de 2010
Estoy resfriada
En lugar de preparar el almuerzo, he hecho un pastel que se llama "tiramisú", como sabéis, es un pastel típico italiano. A mí no me gustan mucho los dulces, pero el "tiramisú" me encanta. Estoy muy contenta porque es fácil de elaborar y además está muy bueno. Voy a hacerlo más veces. Por la noche, he cocinado una sopa con jengibre. Es que necesito calentarme a fondo. Cuando estoy resfriada, me apetece mucho el jengibre. Y como ayer lo describí, soy friolera, entonces el jengibre es un ingrediente imprescindible para mí. Es una pena porque en España es difícil conseguirlo. Por lo menos, no hay una tienda donde se venda el jengibre cerca de mi casa. Espero encontrarme mejor mañana. ¡Cuidaos vosotros también!
La cena de 24 de enero de 2010:
Sopa con jengibre.
Elaborada entre fogones por Macarena.
Una porción de la tarta casera de tiramisú preparada por Macarena.
sábado, 23 de enero de 2010
Cuando hace frío
viernes, 22 de enero de 2010
Mi español
Estoy un poco resfriada y tengo dolor de garganta, pero espero mejorar pronto con una alimentación equilibrada. Ayer fue el primer día de este blog y afortunadamente recibí un comentario de Radio Futura. ¡¡¡Muchas gracias!!! Su opinión fue que yo escribía muy bien y que le parecía que llevara toda la vida en España, pero la verdad es que ayer mi texto original para el blog era así:
Hola, me llamo Macarena y soy japonesa. Llevo tres años viviendo en España. Soy ama de casa, así que mi trabajo es hacer todas las tareas de casa. Por ejemplo : limpiar la casa, lavar la ropa, planchar la ropa, hacer la compra... Lo que no me gusta es cocinar, pero me gusta mucho comer.
No hay comida que no me guste. Si fuera posible, querría comer en el restaurante todos los días. Quiero comer bien porque tenemos que comer tres veces todos los días, ¿verdad? ¿En España comen más veces al día?
Voy a escribir sobre mi vida cotidiana, sobre todo de la comida. Cuando tengáis tiempo, echad un vistazo a mi blog. Hasta luego.
Éste es mi verdadero nivel de español. Pero como ayer fue el primer día de mi blog, antes de hacerlo público le pedí a mi profesor de español que comprobara mi texto a ver si había algo extraño. Él me enseña con sinceridad, así que no sólo me corrigió sino que también me dio un ejemplo. En cuanto lo leí, me gustó mucho y me quedé estupefacta por mi español infantil. Desde hoy, escribiré mi blog con mis propias palabras, y aunque ayer recibí un poco de ayuda, la verdad es que publiqué todo lo que quería decir. No esperéis que mi nivel de español sea perfecto, aunque siempre voy a intentar mejorarlo. Muchas gracias.
jueves, 21 de enero de 2010
Primeros pasos en la red
Espaguetis a la crema y "Spezzatino" (estofado).
Elaborado entre fogones por Macarena.