domingo, 31 de octubre de 2010

Formas de ver la televisión

Aunque no sé si hay alguna base científica que lo confirme o no, yo he crecido escuchando de mis padres y de mis profesores que no está bien mirar la televisión en un cuarto oscuro porque luego la vista va empeorando.

A mí no me gusta que la habitación donde estoy esté totalmente a oscuras y tampoco me gusta que esté mal iluminada, por eso necesito que la luz esté encendida siempre.

Así que me siento muy extraña, y a veces incluso un poco molesta, cuando estoy en una habitación sin luz. Lo que pasa es que, según mis experiencias, he descubierto que hay algunos españoles que ven la televisión en una habitación sin luz o con una iluminación muy débil.

Recuerdo que la primera casera vino a mi habitación y me dijo que apagara la luz cuando yo estaba todavía despierta y haciendo algo por la noche. La segunda casera veía la televisión mientras la luz del salón estaba apagada. Y la primera vez que visité a una familia en su casa, me di cuenta de que ellos nunca encendían la luz, aunque ya no hubiera luz natural.

Por otro lado, cuando estoy andando por la calle, puedo ver que no hay luz encendida en muchos pisos de la planta baja de mi acera. También me he dado cuenta de que tampoco se ven las luces encendidas en las ventanas de la acera de enfrente. Entiendo que hay muchas familias que ven la televisión sin luz en la habitación.

¿Hay muchos miopes entre los españoles? ¿Si fuera así, cuál pensáis que será la causa principal?

La cena de hoy 31 de octubre de 2010:
Espaguetis con salsa de tomate, nata y atún.
Verduras al vapor: zanahoria, espárragos y judías verdes.
Elaborada entre fogones por Macarena.

sábado, 30 de octubre de 2010

Una mirada indiscreta

Como llevo poco más de cuatro años viviendo en este país, ya me he acostumbrado a la mirada indiscreta de los españoles. A mi llegada a España, casi todo el mundo me miraba fijamente y me hacía sentir muy incómoda. Entonces pensé que toda aquella gente sería parte de una banda de ladrones que me miraba como un objetivo fácil.

Pero con el transcurso del tiempo, me da la impresión de que en este país la mirada indiscreta no es considerada tan maleducada como en Japón. Es que la gente que me dirige esa mirada indiscreta en público pertenece a cualquier clase social de españoles, o sea, desde los más pijos hasta los gitanos, desde los niños hasta los padres y desde los adolescentes hasta los viejos. Por supuesto que excluyo la mirada especial que tiene un sentido discriminatorio. Creo que ya puedo distinguir una mirada de la otra.

¿Entonces, cuál es la intención de esa mirada indiscreta? Creo que surge al ver a otra persona que es claramente distinta a ellos. Como yo soy japonesa, pienso que es un comportamiento maleducado, pero éste no es mi país y éstas no son mis costumbres, está claro que los españoles y los japoneses tienen una educación diferente.

A pesar de todo, a veces, hay gente que me llama poderosamente la atención. En ese momento, aunque reconozca la indiscreción de mi mirada, no puedo dejar de mirar lo que me atrae como si quedara atrapada. ¡Ay, qué reacción más maleducada!

Lo que hace que mi mirada sea tan indiscreta es el pelo, me refiero al pelo corporal que tiene un buen número de hombres españoles. Si os doy más detalles, el pelo que atrae mi atención es el grueso pelo negro que sobresale del escote y de las manos masculinas. Cuando veo que el pelo del escote se sale de su camisa, grito dentro de mi cabeza: "¡¡¡Guau!!! ¡Cuánto pelo!" Cuando veo unas manos cubiertas de fuerte pelo negro, grito dentro de mi cabeza: "¡¡¡Ehhhhhhhhh!!! ¡Pero qué pasa!" Y mi mirada ya está atrapada por el misterio y no puedo dejar de mirarlo durante un instante.

No digo que todos los españoles tengan mucho pelo en su cuerpo, pero en general, los hombres japoneses no tienen tanto pelo corporal como los hombres de otras razas. Así que para mí, es un rasgo tan llamativo que mi mirada acaba atrapada por la curiosidad.

Hay dos palabras que me parecen muy graciosas, son "peludo" y "velludo". Realmente no sé qué diferencía hay entre los dos adjetivos. A propósito, mi Rafa no es peludo ni velludo, pero mi mirada también se siente atrapada por él.

El almuerzo de hoy 30 de octubre de 2010:
Pan.
Ensalada de lechuga, zanahoria y pasas aliñada con sal, aceite de oliva y vinagre.
Gratinado de patatas con cebolla, acelga, champiñones y queso.
Elaborado entre fogones por Macarena.

viernes, 29 de octubre de 2010

¿Cómo lo como?

A ver si podéis ayudarme a saber cómo se come esto. Estoy llena de preocupación porque ya está en mi frigorífico. Soy una buena ahorradora y no quiero malgastar mi dinero. Así que os pido un poco de ayuda. Sólo sé que se trata de una fruta típica de España, pero como no la he comido nunca, es todo un misterio para mí.

¿¿¿Cómo como???


El almuerzo de hoy 29 de octubre de 2010:
Arroz en blanco.
Tomate con pimienta blanca, ajo, perejil, sal y aceite de oliva.
Patatas fritas con salchichas, espárragos enrollados con jamón cocido y huevo frito.
Manzana al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

jueves, 28 de octubre de 2010

Adiós a mi euro

La crema corporal no puede faltarme en mi vida diaria en España. Es que el aire seco de esta tierra intenta quitar el líquido de mi cuerpo para que mi piel esté seca como las pasas. Así que tengo que luchar contra la sequedad de mi piel.

Un día fui a una tienda donde se vendían tratamientos de belleza para mujeres. Yo  fui allí para comprar una crema corporal porque se me había agotado. Cogí un tarro de crema y fui a la caja registradora para pagar. La vendedora que me atendió, me dijo: "Ahora hay una campaña muy recomendable. La cliente que compra esta crema, puede llevarse un gel con sólo pagar un euro más."

Yo le dije sonriendo: "No, gracias." Instantáneamente, parecía que ella no me comprendía, pero de pronto, ella pensó que yo no podía entender su español, así que me dijo: "¿Inglés?"

Yo le contesté: "No, no. Entiendo español. Pero no necesito el gel, así que no, gracias." Escuchándome, ella puso cara de sorpresa y de no comprenderme nada, era como si me dijera: "¿Pero es que tú eres tonta o qué?" Parecía que nadie había rechazado esa oferta que era tan ventajosa según ella. Ella no abandonó su propósito y siguió insistiéndome en que tenía que aprovechar esa maravillosa oferta. Así que dejaba sin atender a otras clientes que esperaban detrás de mí.

Ella me insistió diciendo que podía llevarme un gel sólo por un euro extra, en vez de pagar el precio habitual que era de seis euros. Bueno, imagino que generalmente sería una oferta que merecía la pena. Pero yo no necesitaba ese gel. Además, ella no sabía el valor que un euro tiene para mí, o a cambio de qué yo podría cambiar un euro. Podría cambiar un euro por cuatro latas de cerveza de cierto supermercado, por dos botellas de un litro de cerveza de cierto supermercado, o bien, por ir a tomar una cerveza bien fría en cierto bar. Si comprara ese gel con un euro, siguiendo el consejo de la vendedora, perdería esas posibilidades cerveceras. Para mí, aunque costara sólo un euro, no podía sacar una conclusión tan fácilmente. Bueno, por si acaso, me gustaría aclararos que yo no soy tacaña, sino una buena ahorradora.

Ella me lanzó repetidamente la expresión "sólo un euro". Pero si fuera así, también para ella, más bien para la tienda, sería sólo un euro de la venta. ¿Entonces por qué me insistía tanto?

A pesar de ello, soy de un país al que no se le da bien la resolución del asunto diplomático. Además, había otras clientes esperando el turno. La vendedora no dejó de insistirme. Así que al final, sí, lo acepté. Le di un euro a cambio de un gel innecesario.

La vendedora estuvo tan contenta que se despidió con la cara muy risueña. Ya sabéis, yo tuve que aguantarme sin tomarme una cerveza bien fria.

La cena de hoy 28 de otubre de 2010:
Arroz con albóndigas.
Verduras al vapor: zanahoria, judias verdes y espárragos verdes.
Kiwi y peras al natural.
Elaborada entre fogones por Macarena.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La forma de andar de hoy

Desde que me ocurrió un incidente por la calle, ando en público con la cara severa. Si lo expreso de una manera concreta, frunzo el entrecejo, clavo los ojos en un punto, intento estar inexpresiva todo lo posible. No miro a ninguna persona que esté en la calle. No reacciono a ningún sonido, ni conversación que oiga. Aunque sienta alguna mirada dirigida hacia mí, la ignoro totalmente como si no me diera cuenta de nada.

Si por casualidad mi mirada se encuentra con la de otra persona, aparto la mirada inmediatamente y sigo adelantando y frunciendo el entrecejo como si no me ocurriera nada.

Sin embargo, hay un defecto. Es que estoy muy cansada de poner esa cara. Para fruncir el entrecejo, necesito añadir fuerza a la frente y siempre me siento en una situación tensa. Para colmo, el ceño fruncido no es bueno para atraer la buena suerte. ¡Dios mío!

Esa técnica la uso para espantar los "moscones", pero no sé si está bien o no para mi vida diaria.

El almuerzo de hoy 27 de octubre de 2010:
MAKISUSHI con jamón cocido, queso y pepino.
Carne asada de cerdo con salsa de jengibre y chanpiñones.
Salteado de calabaza con vinagre balsámico.
Tortilla a la japonesa.
Bizcocho de plátano para la merienda.
Elaborado entre fogones por Macarena.

martes, 26 de octubre de 2010

¡Qué duro!

La cosa de la que más me quiero quejar de España, la digo en voz alta y para que se sepa: es el repollo español. Si os doy un poco de información sobre el repollo, os diré que es una verdura que es más o menos redonda y de color verde, además, tiene muchas capas de hojas como la cebolla y pesa bastante.

Lo que pasa es que el repollo español es muy duro. Cada hoja tiene bastante resistencia y es como si fuera una placa. Aunque lo cocine salteado, al vapor, cocido, o como sea, su dureza no se atenúa y cuando lo como, cuesta bastante trabajo masticarlo.

En Japón, comía el repollo crudo cortado en juliana. Sobre todo, en un comedor especializado en el filete de cerdo rebozado. Allí se puede repetir el repollo crudo cortado en juliana y no hay que pagar más por ello, así que lo tomaba varias veces cada vez que iba a ese comedor. Pero como el repollo español es tan duro no me apetece comerlo crudo.

Como cada hoja es muy dura, creo que será muy difícil cocinar los rollos rellenos de repollo que son tan populares en Japón. Me parece que debe ser muy difícil enrollar esas hojas del repollo español con tanta resistencia. Menos mal que no tengo la tentación de cocinar los rollos rellenos de repollo gracias a que no me gusta cocinar.

Tardo varias días en consumir un repollo entero. Así que es muy económico para mi economía. Es un material muy conveniente para una persona ahorradora como yo. Pero con esa dureza que tiene, se me quitan las ganas de comprarlo.

¿Cómo comen los españoles ese repollo español tan duro? ¡Echo de menos el repollo japonés!

El almuerzo de hoy 26 de octubre de 2010:
Pasta espiral con maíz, champiñones, pimiento verde y ajo a la salsa de tomate y nata.
Tortilla de repollo.
Manzana verde y ciruela al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

lunes, 25 de octubre de 2010

Una quejica profesional

Un día de clase, practicábamos un debate. En cada pequeño grupo, una persona se quejaba de algo y otra persona tenía que defenderlo. O sea, teníamos que debatir algo entre una persona quejica y una persona razonable.

Al principio, teníamos que decidir quién representaría el papel que tenía que refunfuñar por cualquier motivo. En mi grupo, yo me ofrecí como la más adecuada para desempeñar ese papel sin ninguna duda. Así que me quejé sobre varias cosas sin importancia que encuentro incómodas en España desde mi punto de vista de japonesa.

En mi primera queja expuse: "Aquí, en España, la gente habla en voz alta o incluso gritando por la calle." Es como si llevara toda la vida discutiendo. Me daba miedo. Mi compañera española se defendía: "Es que aquí no te escucha nadie si hablas en voz baja."

En mi segunda queja expuse: "Aquí, parece que las obras se empiezan y no terminan nunca. Siempre hay retrasos." Mi compañera española se defendía: "Tienes que tener más paciencia. Las cosas en España van a un ritmo más tranquilo. España es así. Nosotros nunca tenemos prisa."

En mi tercera queja expuse: "En España, el almuerzo y la cena se hacen muy tarde." Ay, ella tenía que defenderlo. Mi compañera española me dijo: "Sí, es verdad, pero es porque nosotros nos levantamos más tarde y hacemos todas las cosas más tarde. Así que la hora de las comidas también se hace más tarde que en los demás países."

En mi cuarta queja expuse: "¿Por qué los servicios públicos están muy sucios? ¡Es desagradable!" Ay, ay, ella tenía que defenderlo. Mi compañera española se defendía: "Sí, es verdad, pero también hay servicios sucios en otros paíeses. ¿No?"

En mi última queja expuse: "El domingo, casi todos los supermercados suelen estar cerrados. ¡Es aburrido y muy incómodo para organizarse la vida diaria!" Ay, ay, ay. Mi compañera española me dijo: "Estoy de acuerdo. Tienes razón." Ya abandonó defenderlo.

Fue una clase muy pacífica y acogedora. Me quejé de unas cositas, pero riendo con mis compañeros de clase. Ella se defendió de casi todas mis quejas, pero riendo. Pensé que mis cuatro años en España me habían ayudado a madurar hasta que pude quejarme de algo en tono de broma. Bueno, fue sólo una práctica de clase.

Cuando iba a salir del aula, un compañero español me hizo una pregunta "prohibida" con cara seria y preocupada: "¿Tú estás feliz en España?"

El almuerzo de hoy 25 de octubre de 2010:
Pasta nido de espinacas con nata y mantequilla.
Patatas fritas.
Ensalada de lechuga, zanahoria, pasas y brécol.
Pera y ciruelas al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

domingo, 24 de octubre de 2010

The Sunday Cooking by Macarena

Hola a todos:
Bienvenidos a "The Sunday Cooking " de Macarena. Hoy os voy a presentar una receta "al gratén" de Macarena, la japonesa a la que no le gusta cocinar. Es una receta muy sencilla y muy recomendable, especialmente, para la gente a la que no le gusta cocinar, pero el sabor resulta muy bueno. Probadlo sin falta.

El gratén de macarrones (una ración para un plato de 21cm × 28cm).

Los ingredientes:
  • Una cebolla pequeña
  • Medio calabacín
  • 80g de champiñones de lata
  • 140g de maíz dulce de lata
  • 200g de carne de pollo
  • 100g de macarrones
  • 60cc (4 cucharadas) de mantequilla
  • 90cc (6 cucharadas) de harina
  • 600cc de leche
  • 200cc de nata
  • 150g de queso gratinado
  • 1 cubito de caldo de pollo
  • Sal al gusto
  • Pimienta blanca al gusto
  • Perejil al gusto
  • Orégano al gusto
1. Saltear la cebolla con mantequilla.
2. Añadir la carne de pollo y el calabacín y seguir salteando.
3. Añadir la harina, la leche y los macarrones por este orden y seguir salteando hasta que los macarrones estén tiernos.
4. Añadir la nata, el maíz y los champiñones y sazonar con el cubito de caldo de pollo, añadir al gusto la sal y la pimienta blanca.
5. Servir en un plato termorresistente y recubrir con queso para gratinar.
6. Hornear en el horno a 225ºC durante 20 o 25 minutos.
7. Condimentar al gusto con el perejil y el orégano.

Podéis sustituir la verdura que no os guste por cualquier otra verdura. Además, podéis utilizar gambas en lugar de la carne de pollo. Lo importante es no quemar nada en el paso 3. La duración del horneado depende del tipo de horno que tenéis, así necesitará más o menos tiempo de cocción.

¿Qué os parece "The Sunday Cooking"? Espero que hayáis disfrutado con este gratinado de hoy y paséis una buena semana.

Bueno, una vez al año, no me hace daño. Esta receta es para celebrar un domingo especial porque hoy es el santo de Rafa. No sé si habrá un siguiente "The Sunday Cooking". Hasta la vista.

 
El almuerzo de hoy 24 de octubre de 2010:
Arroz con curry, carne picada de cerdo y ternera, cebolla, zanahoria, calabacín, berenjena y garbanzos.
Ensalada de lechuga, maíz y pasas.
Brécol cocido.
Elaborado entre fogones por Macarena.

sábado, 23 de octubre de 2010

Cariño en el supermercado

Como siempre, un día más fui al supermercado donde voy principalmente en mi vida diaria. Y como de costumbre, mi empleado favorito estaba a cargo de la caja registradora. Así que como siempre, hice la cola en su línea de caja para que él me atendiera.

Cada vez que voy a ese supermercado, pesadamente, hago la cola delante de su caja, así que él ya me reconoce. Me atiende con mucha amabilidad y hasta me llama "cariño".

Me emociono porque él es el único cajero que se preocupa por la rapidez con la que pasa los productos que compro por la cinta transportadora para que no sienta pánico cuando recojo y embolso los artículos comprados.

Me alegro porque él está cuando yo voy y lo agradezco porque es el único cajero que maneja los productos que compro con mucha cortesía para que no se dañen nada.

Pienso que como soy de Japón y estaba acostumbrada a la actitud amable y respetuosa de los cajeros de los supermercados de allí, yo esperaba a que él me atendiera porque es tan educado como los cajeros japoneses que me han atendido siempre. Pero esta vez creo que me equivoqué. Es que, antinaturalmente, había una cola muy larga y sólo delante de la caja donde ese chico trabajaba. Las damas españolas también querían que él les atendiera. Pensaba que a los españoles no les importaba nada la actitud de los trabajadores, pero parece que sí, les importa.

Había una trabajadora que gritaba: "¡Oye! Que aquí también hay una caja abierta, además, libre. ¿Es que nadie quiere pasar por aquí? ¡Estoy trabajando!"

Pobrecita, parece que ella todavía no se daba cuenta de por qué pasaba eso.

El almuerzo de hoy 23 de octubre de 2010:
Arroz en blanco.
Carne de cerdo especiada con salsa de jengibre, tomane al natural y champiñón asado.
Salteado de repollo, zanahoria, pimiento verde y judias verdes.
Elaborado entre fogones por Macarena.

viernes, 22 de octubre de 2010

Me siento extraña

¿Qué me está ocurriendo ahora?

Últimamente, me he dado cuenta de que la vida diaria reciente ha transcurrido muy tranquilamente aquí en España. Salvo algún caso aislado, todo pasa sin estrés, sin irritación, ni nada de nada. ¡No me lo puedo creer! Parece que estuviera en un paraíso.

Durante cuatro años, siempre mantenía un enojo constante, una amargura interior y una inquietud interminable como si fueran mis inseparables compañeros de vida. Pensaba que no podía llevar esa carga para siempre sobre mi espalda. ¿Qué me ha pasado? Porque sigo estando aquí en España.

Me preocupo un poco, pero a la inversa. Tendría que sentirme contenta, pero tengo una sensación extraña. Menos mal que sigue sin gustarme cocinar.

El almuerzo de hoy 22 de octubre de 2010:
Pan casero recién hecho con salchicha.
Ensaladilla de patatas, zanahoria, pepino, jamón de pavo, lechuga y brécol.
Tortilla de champiñones y espárragos.
Elaborado entre fogones por Macarena.

jueves, 21 de octubre de 2010

Ahora estoy segura

Antes escribí en este blog que la gente me decía por la calle: "¡Qué guapa eres!" Sin embargo, después de escribirlo y pasar el tiempo, tenía una duda que me hacía sentir inquieta. La verdad es que cuanto más lo pensaba, menos segura estaba de si la gente me había dicho "¡Qué guapa eres!" o "¡Qué guapa estás!".

Es que los verbos "ser" y "estar" varían el significado como de la noche al día. Para explicarlo con más detalle, en el caso del uso del verbo "ser", mi hermosura es heredada por naturaleza, o sea, es la que Dios me da, no depende de mí. Por otro lado, en el caso del uso del verbo "estar", mi hermosura es por mi propio esfuerzo, por ejemplo, por la técnica de maquillarme, o bien, por el buen gusto de vestirme. Es algo que depende de mí. Así que la diferencia entre los dos verbos es tan importante que me preocupaba si lo había oído bien o no cuando me lo habían dicho.

Pero por fin, me han liberado de esa preocupación. Ayer, cuando estuve andando por la calle para ir a una clase, el camarero que estaba de pie y a la entrada de su bar cuando yo pasé por delante me observaba con una mirada directa y fuerte. Entonces, me di cuenta de que ese hombre estaba en el mismo sitio de siempre. En cuanto pasé por delante suya, él me lanzó un jaleo que escuché con toda claridad. Él me dijo así: "¡Qué guapa ERES!"

Entonces, mi hermosura en España no se conjuga con el verbo "estar", sino con el verbo "ser". Bueno, me alegro y me siento tranquila.

La cena de hoy 21 de octubre de 2010:
Tortellini de queso roquefort y espinacas.
Ensaladilla de patatas, zanahoria, pepino, jamón de pavo cocido y lechuga.
Manzana y kiwi al natural.
Elaborada entre fogones por Macarena.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Mis más queridos compañeros

Sólo hay algo que yo quiera tanto como a mi Rafa, un gato. Desgraciadamente, ahora mismo no he conseguido ninguno de los dos. Si consiguiera en el futuro cercano, por lo menos, uno de los dos, mi vida sería genial.

Así que hoy he comparado uno con el otro. El tema de análisis es cuál sería más ventajoso para mi vida. Lo siguiente que expongo son mis reflexiones.

En primer lugar, en caso de dormir juntos en la misma cama, los dos quedan en un empate, o sea, estaré en muy agradable compañía con cualquiera de los dos. Es que seguro que no pasaré frío con ellos. Ya he experimentado esa situación con un gato, aunque todavía no lo he probado con mi Rafa, pero estoy segura de que me sentiría tan cómoda con mi Rafa como con un gato.

En segundo lugar, como los dos son diferentes a los perros, no necesitaré sacar de paseo a ninguno de los dos. Es que los dos son bastante independientes. Así que en este punto también hay un empate.

En tercer lugar, tengo que pensar en la comida que ellos comen. Es que en este caso, la más problemática soy yo porque no me gusta cocinar. Sobre este punto, en el caso del gato será posible comprar unas latas que ya estén precocinadas para alimentarlo. Basta abrir una lata tirando de la anilla y mi gatito se alimentará fácil, rápido y cómodamente. Ya está. Por otro lado, en el caso de mi Rafa, no podré darle una lata como al gato. Seguro que tendré que cocinar algo entre fogones, aunque a mi Rafa le gustan mucho las patatas fritas. Entonces desde este punto de vista, el gato será declarado vencedor.

En cuarto lugar, tengo que considerar sus necesidades fisiológicas porque los dos son seres vivos. En este punto, no tengo ninguna preocupación con mi Rafa. Seguro que él no necesitará mi ayuda para sus necesidades. Por otro lado, aunque el gato es muy limpio y educado a la hora de hacer uso del servicio, tendré que limpiar y arreglar su cajón de tierra después de que lo use mi gatito. Entonces, en este punto, para mí será más conveniente mi Rafa que el gato.

Considerando todo esto, parece que hay más puntos que tengo que observar. Por ejemplo, mi Rafa puede ganarse el pan para mí, pero el gato no lo hará. O bien, el gato no hablará tanto japonés como mi Rafa...

Cuanto más comparo a los dos, más confundida estoy. Todas las cosas tienen aspectos positivos y negativos.

La cena de hoy 20 de octubre de 2010:
Gratén de macarrones con carne de pollo, cebolla, calabacín, champiñones y maíz con un toque de perejil y orégano.
Elaborada en el horno microondas por Macarena.

martes, 19 de octubre de 2010

Una dormilona estacional

Es otoño y voy comprobando que me cuesta mucho trabajo salir de la cama después de despertarme. Necesito darme mucho ánimo. En esos momentos, aunque me parece que sólo pasa un segundo, descubro que ha pasado un montón de tiempo hasta que de verdad me levanto de la cama. La cama en la que acabo de despertarme me resulta tan cómoda y agradable que mi cuerpo rechaza alejarse de esa comodidad.

Además, últimamente me invade un ataque de modorra después de comer el almuerzo. Esta soñera es irresistible y tan fuerte que acepto, sin querer, esa costumbre tradicional española que se llama siesta. Esa hora llega justo después de algo que no me gusta nada, la gran lucha de cocinar. Encima, el resultado de mi lucha le sienta genial a mi estómago contento. Al final, estoy hecha polvo y satisfecha.

Más tarde, hará más frío que ahora y será más difícil salir de la cama cuando me despierte. Además, a no ser que llegue a gustarme cocinar, la gran lucha continuará cada día. Por estas razones, perderé mucho tiempo libre. Tengo que pensar en algún remedio.

¿Me busco una cama fría y desagradable para no dormir tanto?

¿Renuncio a la lucha de la cocina y almuerzo a diario en un comedor?

El almuerzo de hoy 19 de octubre de 2010:
Arroz en blanco.
Ensalada al vapor de zanahoria y repollo.
Hamburguesa casera con maíz.
Elaborado entre fogones por Macarena.

lunes, 18 de octubre de 2010

Asalto en la vía pública

Últimamente, recibo clases algunos días a la semana. Cuando tengo clase, salgo de casa arreglándome un poco mejor que cuando voy al supermercado o tiro la basura. Para decirlo de forma concreta, me maquillo más cuidadosamente que cuando voy al supermercado, o bien, me visto mejor que cuando tiro la basura. Por último, me pongo unos complementos a juego. Por consiguiente, se perfecciona una Macarena bien guapa. Bueno, en serio, lo que pasa es que, en realidad, creo que mi aparencia debe estar un poco mejor que cuando no voy a clase.

No sé si es por eso, pero parece que cuando me arreglo mejor, le llamo más la atención a los demás. Desgraciadamente, es muy difícil ocultar la hermosura. Bueno, voy a seguir, pero en serio.

Lo que me ha sucedido hoy es algo habitual, pero ha pasado de una forma casi casi peligrosa. Cuando estaba esperando el semáforo, un hombre que tenía apariencia de bastante mayor se me acercó y me habló de cosas triviales. Eso me ocurre habitualmente en España, así que yo le contesté sin darle importancia. Pero me he dado cuenta de que él se me acercaba demasiado, tanto que su lado izquierdo mantenía contacto con mi brazo derecho. ¡¡¡Qué cerca!!! Se me ha pasado por la cabeza la idea de que pudiera ser un ladrón. Es que normalmente un carterista se acerca todo lo que puede al objetivo. He aplicado fuerza a mi bolso con mi mano y he empezado a cruzar el paso de peatones. Sólo pensaba que tenía que alejarme de él cuanto antes.

Sin embargo, el hombre mayor se ha pegado a mí como si tuviera pegamento y ha cruzado junto conmigo hablando de cosas triviales, sin dejar de mantener un contacto fisico. Yo pensaba que esa era su técnica de ladrón, o sea, robar mi cartera intentando fingir ser una persona simpática. ¡¡¡Qué peligroso!!!

Ya he empezado a ignorarle y he cruzado por la avenida. Entonces, ese hombre mayor se ha agarrado fuertemente de mi brazo izquierdo y no me soltaba. Sí, yo ya comprendía que me agarraba con fuerza para intentar robarme algo. ¡¡¡Qué miedo!!! ¡¡¡Qué miedo!!! ¡¡¡Por favor, que alguien me ayude!!!

Después, él ha empezado a preguntarme: "¿Quieres tomar un aperitivo conmigo?" ¡¡¡Ay!!! Yo pensaba que quería robar mi cartera mientras intentaba convencerme de tomar una copa juntos. ¡¡¡Qué manera más astuta!!! ¡¡¡Que me deje en paz!!!

Ya sólo he pensado que tenía que huir de él como sea, pero me agarraba con su mano tan fuerte que no podía liberarme de él. ¡¡¡Dios!!!

Él seguía insistiendo: "Sólo una copa. Sólo cinco minutos. El bar está aquí mismo. Coge el siguiente autobús. ¡Sólo un momento, por favor! ¡¡¡Por favor!!!"

A duras penas, he tratado de convencerle de que no. Yo no paraba de rechazar su invitación. Y al final, he tenido éxito en mi huída. Así que esta vez no me ha pasado nada. Menos mal. No me han robado el bolso, ni nada de nada.

En conclusión, si me arreglo mejor y me pongo más guapa que cuando tiro la basura, es fácil llamar la atención de ladrones y pesados. Así que las mujeres tenemos que tener cuidado y no arreglarnos demasiado. ¿Entendido chicas?

La cena de hoy 18 de octubre de 2010:
Pizza casera con huevo duro, champiñones, calabaza, calabacín, atún, queso de cabra, queso mozzarella y salsa de tomate.
Elaborada en el horno microondas por Macarena.