Hace poco recibí una caja llena de la comida de Japón. Normalmente yo le pido a mi madre lo que quiero que me envíe. Esta vez también le pedí lo que deseaba. En Japón hay muchos tipos de alimentos precocinados o alimentos deshidratados. Es imposible o difícil que me envíen algo crudo o algo líquido por la reciente y estricta reglamentación, por eso le pido frecuentemente alimentos legales. Eso es una gran ayuda para mí, no sólo por las ganas de comer, sino también por lo que supone económicamente. Es que, a veces, casi me caigo de espaldas por el precio escandaloso de tal ingrediente japonés que se vende aquí. Así que yo bautizo a esta caja que me envían desde Japón como "caja de socorro". ¡Gracias por enviármela siempre que yo la necesito y la pido! Lo que me duele siempre es que, normalmente, el contenido de la caja es más barato que los portes del envío. Entonces, cada vez que recibo un paquete de socorro, me juro que voy a utilizar cuidadosamente esta comida que recibo, no la malgastaré, la aprovecharé todo lo posible. No obstante, a veces, trato las comidas tan cuicadosamente que se me pasa la fecha de caducidad. Lo siento, madre. Tu hija es una chica muy buena que trató la comida con cuidado, aunque no le guste cocinar, pero a veces la trató con demasiado cuidado. Sea como sea, lo consumo todo finalmente. Todavía vivo, así que parece que no hubo problemas hasta hoy.



El almuerzo de hoy 16 de febrero de 2010:
Filete de atún salteado con aceite a las finas hierbas y a la salsa de vinagre balsámico con tomate y brócoli.
Ensaladilla de nabo y atún con finas tiras de bonito seco.
Sopa de MISO con berenjena.
Arroz en blanco.
Elaborado entre fogones por Macarena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario