domingo, 27 de febrero de 2011

¿Quién sería la responsable?

El otro día me estuve dirigiendo a un lugar donde había quedado con dos chicas españolas para participar en un evento. Justo antes de llegar al lugar de la cita, me di cuenta de que un hombre mayor me estaba diciendo algo. Como estaba pensando en otra cosa mientras andaba por la calle, no oí bien lo que él me decía. Pero como él seguía diciéndome algo, pensé que él estaba preguntándome por las señas de algo, por ejemplo, la dirección de algún lugar o el camino para llegar a algún edifício. Entonces le dije fijando los ojos en él: "Ah, perdón. ¿Cómo dice?" El hombre mayor empezó a decirme fijando los ojos en mí: "¡Qué guapa eres! ¡¡¡Eres muy elegante!!!" Como sus palabras eran totalmente diferentes de lo que yo imaginaba, me quedé absorta un momento, pero volviendo en mí misma, le dije sonriendo: "Gracias."

Aunque os repito varias veces que soy "guapa" en este país, ya estoy acostumbrada a que me lancen las palabras de admiración sobre mi aparencia. Normalmente, ignoro todos los comportamientos de los hombres como éste. Pero ese día, como él me decía algo apasionadamente, no podía imaginarme que estaba opinando sobre mi "belleza". Bueno, no me siento mal. Pero la "belleza" no me trae una vida tranquila.

Después de ese incidente, me reuní con dos amigas españolas. Fuímos al pueblo donde tenía lugar el evento que era nuestro objetivo. Al principio, aparcamos el coche, después bajamos del coche, y andamos por la calle hasta un bar donde almorzamos. En el camino, una moto se nos acercó con un ruido gigante. Un hombre estaba conduciendo la moto. Cuando él pasó delante de nosotras, él lanzó un jaleo: "¡¡¡Hiujuuuuuuu!!!" Y se fue levantando la rueda delantera de su moto. Una chica, a la que voy a llamar "A", dijo: "¿Qué es eso?" Yo "sabía" que el comportamiento del motociclista era una expresión hacia mi "belleza" como siempre. Probablemente en un pueblo mi "hermosura" le llamara mucho la atención. Una chica "guapa" no puede tener una vida calmada.

Nosotras tres llegamos a un bar donde nos juntamos con una cuarta chica, a la que voy a llamar "B", que vino luego para almorzar con nosotras. Era un día maravilloso, hacía bastante calor y muy buen tiempo. Pedimos la comida, y yo, por supuesto, no me olvidé de pedir una cerveza bien fría, y empezamos a almorzar. Y la chica "A" le dijo a la chica "B" lo que nos había pasado antes.

"Cuando estábamos andando por la calle, un motociclista nos ha lanzado un jaleo. ¡Qué raro!" Yo estaba "segura" de que eso era por mi "belleza", imaginé que yo había tenido parte de responsabilidad. Entonces dentro de mi cabeza le dije que sentía mucho molestarle. Pero la chica "B" le dijo a la chica "A": "¡Por tus tetas!" En realidad, la chica "A" llevaba una camiseta súper ajustada que estaba súper abierta por la parte del escote. Me sorprendí dentro de mí cabeza: "¿Eh? ¿¿¿No es por mi "belleza"???" Luego, otra chica, a la que voy a llamar "C", dijo: "Siempre hay tíos pesados." Por la expresión de su cara, entendí que ella sentía ser el motivo de tal comportamiento. Me sorprendí dentro de mi cabeza: "¿Eh? Creo que era por mi "belleza"..."

En resumen, tanto "A", "C" y yo, cada una de nosotras, pensaba que era la responsable de que el motociclista lanzara un jaleo. ¡¡¡Vaya!!! No sólo las japonesas, sino que también las españolas, somos muy, pero que muy presumidas.

El almuerzo de hoy 27 de febrero de 2011:
Arroz en blanco.
Sopa de MISO con alga WAKAME, zanahoria y cebolla.
Revuelto de espárragos, champiñones, salchichas, béicon, huevos, ajo y cebolla.
Elaborado entre fogones por Macarena.

viernes, 25 de febrero de 2011

El retorno de Macarena

El 21 de enero de 2010, me decidí a mejorar mi español a toda costa a través de la escritura de un blog en español todos los días por el motivo del espíritu de venganza contra una persona española. Me decidí a seguir escribiéndolo, costase lo que costase, por lo menos, durante un año. Es que creía que continuar el esfuerzo era la manera más importante para conseguir lo que me diera la gana. Día tras día seguía creyendo en el avance de mi español sin perder la esperanza.

¿Pero qué me ocurrió? En realidad, mi español oral no ha mejorado tanto como esperaba. Como de ordinario no puedo decir lo que quiero decir. No puedo expresar nada manejando bien el idioma español. Aunque no tengo gran problema para pasar la vida cotidiana, la conversación con los otros es siempre algo superficial.

Muchas veces había tenido una manera de pensar práctica, o sea, me había convencido de que mi nivel de español ya era suficiente porque podía vivir sin dificultad, aunque no pudiera tener un mejor amigo o una mejor amiga en este país. Sí, en realidad, puedo comprar un sello en la oficina de correos, puedo pedir una cerveza bien fría en un bar, además, puedo ir al súpermercado sola. ¿Qué más necesito yo? Ya puedo vivir con suficiente autonomía. ¿No? No seas avara, Macarena.

Pero no puede convencerme nada hasta que domine un idioma, que es el español. A no ser que exprese lo que yo quiero decir exactamente a los demás, no puedo establecer una amistad sincera. Y me he dado cuenta de que esa amistad es la que más me apetece y la que falta en mi vida de España. Aunque pueda comprar el pan, aunque pueda comprar la carne, yo necesito relaciones humanas de verdad en este país. Conseguirlo o no depende de mí, más bien, depende de mi español oral. Tengo que hacer algo para llevar a cabo mi deseo.

Pues, así he empezado mi nueva entrada después de la pausa de un mes. La verdad es que me ha decepcionado mucho el resultado de mi español oral, es decir, aunque seguía escribiendo este blog durante un año, no servía de mucho para mi nivel de conversación. Pensaba que tenía que ir a la academia otra vez. Pero ya no quiero estudiar de nuevo la gramática. Está claro que tengo que hablar más en español diariamente, pero bueno, desgraciadamente, no tengo tantas ocasiones para eso. Creo que no sirve de nada hablar conmigo misma en español. Aunque afortunadamente haya muchas personas andando por la calle que hablen el idioma español, tampoco puedo pedirle a cualquiera: "¡Oiga! ¿Puede hablar conmigo un momento, por favor?" Aunque fuera posible, sería muy difícil tratar de un tema personal con desconocidos con los que se habla por vez primera. Ya no necesito practicar una conversación superficial. Podría hablar algo personal con amigos, pero entonces tengo que buscar "mejores amigos", por esto necesito dominar el español perfectamente. Lo sabía, el asunto siempre acaba dando una vuelta detrás de otra sin llegar a ninguna conclusión. Es un pez que se muerde la cola.

No sé si escribir el blog me ayuda todo lo que necesito, pero ahora mismo no me surge otra idea, y supongo que será mejor que nada. Escribir entradas ciegamente todos los días no me sirve tanto, lo digo según mi experiencia de un año. Así que voy a seguir este blog a otro ritmo y con más relajación. Bueno, esta vez sí que mejoraré mi español oral. No renuncio a este reto de superación personal.

Por último, muchas gracias por visitar este blog mientras me tomaba un descanso, disculpad que no lo haya renovado nada. Este blog es súper, pero que súper personal y, aunque no podáis sacar ningún beneficio considerable para vuestra vida, aún así, os agradezco mucho vuestros comentarios y la amabilidad con la que los escribís. Me esforzaré por conseguir mi objetivo lo antes posible.

A propósito, durante todo un mes, iba perdiendo algo importante, no solo sobre mi español, sino también sobre mi comida diaria. Como no me gusta cocinar, una vez que me indisciplino y no sigo la costumbre de fotografiar los platos, ya mi comida diaria se derrumba sin límite y puedo comer directamente de la olla. No necesito platos ni nada. No sabía que este blog fuera tan importante para mi vida culinaria.

El almuerzo de hoy 25 de febrero de 2011:
Arroz en blanco.
Hamburguesa casera con berenjena, brécol y champiñones.
Mandarinas al natural.
Yogur blanco azucarado.
Elaborado entre fogones por Macarena.