Terminó un mes de marzo que me pareció muy largo, y cada día he intentado animarme para devolver la normalidad a mi mente. Pero la fuerza de la naturaleza volvió a atacarnos hace dos días, para ser exacta, volvió a atacar mi tierra. ¿A quién puedo pedírselo? "¡Por favor, basta ya!"
Aunque es una ironía, después de haber ocurrido ese desastre de la naturaleza, llego a comunicarme con mi familia y mis amigos de Japón con más frecuencia que antes. Aunque no puedo ayudarles en algo concreto que ellos necesiten directamente e inmediatamente, no puedo parar de preguntarles: "¿Qué tal estáis? ¿Estáis bien? ¿Cómo va todo? ¡Gambatte!"
Una amiga mía que vive en una prefectura limítrofe justo al sur de FUKUSHIMA, no recibió el abastecimiento de agua corriente hasta 13 días después del seísmo. Le envié un correo tras una semana del terremoto para preguntarle por su situación.
Es que frecuentemente salen las noticias de televisión sobre las zonas centrales afectadas por la catástrofe, pero las otras zonas que también recibieron daños y que están fuera del centro de la catástrofe no salen en las noticias. Por consecuencia, a veces, allí no llega el socorro inmediatamente, aunque también lo necesiten.
Entonces, quería comprobar su situación actual y si pudiera ayudarle en algo, quería hacerlo. Pero ella me dijo que podía conseguir los comestibles en los supermercados, aunque fuera en muy poca cantidad, y que se restableció la electricidad y el gas. También me dijo que, aunque todavía no había suministro de agua corriente, los vecinos le daban agua de pozo y que con eso iba tirando para el uso más necesario excepto para bañarse.
Después de entender su situación, no podía decirle nada más que "Gambatte." Pero cuando le envié un correo electrónico una semana más tarde, ella me contestó que ya tenía el agua y que se sentía muy agradecida. Pero la vida sin agua durante más o menos dos semanas debió ser dura. Aún así, no sé por qué, pero al final me dijo: "¡Gracias! Gracias por animarnos." Pero yo, realmente, yo no hice nada...
El caso de mi prima es un poco distinto. Ella vive con su marido en Tokio y los dos trabajan. Salen de casa hacia las seis y media de la mañana y vuelven por la noche hacia las ocho o más tarde. Y por la influencia del terremoto, los supermercados cierran muy temprano para ahorrar electricidad. O sea, ellos no pueden hacer la compra los días normales. Encima, la única ocasión en que pueden hacer la compra es durante el fin de semana, no es nada seguro que se venda todo lo que necesitan. Pero hay maneras alternativas, por ejemplo, ir al comedor o comprar la comida rápida, así que ella dice que no está bien quejarse de eso, pero se queda un poco cansada por no saber cuándo terminará tal situación. Y en tal caso, lo único que yo puedo hacer es decirle: "Gambatte." Sí, ahora me siento una persona súper impotente.
Yo no soy una víctima directa de ese desastre. Esa realidad es afortunada desde un punto de vista. Pero yo quería estar en mi tierra en ese momento del horrible desastre. Aunque no debo decir eso a la ligera, me gustaría haber estado presente en ese momento. Aunque ahora vivo en un país lejos de mi país, he recibido muchas palabras de ánimo, consuelo y preocupación después del terremoto en mi tierra por parte de la gente de mi alrededor. Lo agradezco mucho, de verdad. Pero a veces, siento una gran distancia entre los sentimientos de ellos y los míos. Probablemente, sea porque yo soy demasiado sensible o porque el suceso es de un país muy lejano. Pero, aunque lo entiendo lógicamente en mi cabeza, siempre me siento herida en mi corazón. Si hubiera estado en mi tierra... No puedo dejar de pensarlo.
Por otro lado, también siento alguna distancia entre mis compatriotas y yo. Afortunadamente, a mi familia y a mis amigos no les afectó tan gravemente como a otros, pero ellos fueron afectados directamente, no son como yo. Por mucho que me preocupe por ellos, por mucho que les anime, me atormenta que no soy más que una persona ajena. Por mucho que yo también sea japonesa, por mucho que sienta el golpe y una tristeza, en realidad tengo dudas de si podría compartir algo en común con mis compatriotas que viven allí. ¿Si hubiera estado con ellos en mi tierra, habría sentido más complicidad con ellos? ¿Así no sentiría tanta soledad fuera de mi país? Para colmo, cuando pienso en estas cosas me hace sentirme más abatida, y me pregunto si adopto una postura hipócrita.
¿A quién puedo pedírselo sinceramente? "Por favor, que paren ya los terremotos. Ya es suficiente."