martes, 30 de noviembre de 2010

El regreso del hijo pródigo

La verdad es que durante aproximadamente un mes, no había dado señales de vida mi cajero favorito en su supermercado. Cada vez que iba allí, en cuanto entraba, empezaba a buscarle por todas partes. Pero lo cierto es que no había dejado ni rastro y llevaba mucho tiempo sin verle.

Me he preocupado mucho pensando que él ya habría dejado de trabajar allí o incluso que se habría trasladado a otro establecimiento. O bien, que se habría puesto enfermo.

Mientras que él no estaba en el supermercado, tenía que hacer la cola en la línea de caja de la cajera que gritaba: "¡Aquí estoy trabajando!" Me resultaba tan desagradable este cambio que había llegado a pensar que tendría que cambiar de supermercado principal.

Pero hace unos días que volví a ese supermercado y por fin me encontré con una grata sorpresa, él volvía a estar trabajando en una caja registradora. ¡Qué alegría! Probablemente su ausencia se debería a que estuviera de vacaciones.

El supermercado donde él estaba trabajando parecía más animado que nunca. Además, parecía que no sólo yo estaba esperando su reaparición. Es que había una larga cola de gente delante de la línea de caja donde él estaba atendiendo a los clientes, aunque también había una cajera libre en otra línea de caja totalmente vacía. No era casualidad.

De todos modos, me ha quitado de encima una preocupación y puedo seguir aprovechando ese supermercado tan tranquilamente como siempre.

El almuerzo de hoy 30 de noviembre de 2010:
Arroz en blanco.
Crema de ayer.
Tortilla japonesa, tomate al natural y brécol cocido.
Filete adobado a la plancha con zanahoria y judías verdes al vapor.
Elaborado entre fogones por Macarena.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El asunto perpetuo

Yo visito casi todos los días el tablón de internet que trata sobre diferentes asuntos de España y, últimamente, la palabra "chino/china" que algunos españoles dirigen hacia los asiáticos ha vuelto a plantearse como tema de conversación. Ya resulta un tema habitual. Lo que pasa es que una compatriota nuestra que vive en España está sufriendo mucho de este lanzamiento de palabra, y anhela saber qué se puede hacer para no sufrir más este tipo de comportamiento incívico.

Cada vez que leo sobre este tema, siento mucha aflicción. Es que puedo comprender perfectamente lo que ella siente y cómo le molesta, es que yo también soy una persona experimentada y sigo experimentando tal situación. Además, sé que no hay un remedio contundente para eso. Al final, sólo nos queda aguantarlo e intentar sentir lo mismo que si no escucháramos nada.

Sin embargo, para la víctima que ahora mismo está sufriendo, es muy difícil tratar esta realidad a la ligera, se diga lo que se diga. La situación es muy grave para la persona en cuestión. Aunque le animen diciendo que todos los españoles no son así y que lo habitual es que haya españoles con más sensibilidad, yo creo que no sirve de nada para la persona que está sufriendo ahora mismo por esa causa. Es que ya lo sé claramente por mí misma, aunque nadie me lo diga. Sin embargo, en realidad, cuando recibo esa palabra por la calle siento que se usa con intención de hacer daño y en un sentido de humillación. Ningún razonamiento justo o lógico sirve de consuelo porque la realidad no cambia.

Así que cada vez que se aparece este tema en el tablón, hay mucha variedad de opiniones, incluso entre los japoneses. Cada vez que leo más opiniones, tengo más claro que hay distintos tipos de personas en el mundo. Así que espero que la persona afectada encuentre algo que le sirva de ayuda, aunque sea pequeña, y que supere ese sufrimiento que sé que es muy difícil soportar.

En mi caso, tengo una manera que me sirve bastante para sentirme aliviada. Pero cuidado, esa manera no le sirve a toda la gente, es que en el mundo hay personas de todo tipo, también entre los japoneses. No tiene ningún sentido para vosotros porque no soís víctimas como sí lo somos nosotros. Pero bueno, voy a revelaros un pequeño secreto.

Cuando estoy muy enfadada y muy triste por culpa de los españoles que me lanzan por la calle la palabra "china" en sentido despectivo, me desahogo con algunos españoles que son razonables y les cuento todo lo malo que me pasó en ese momento y también durante los últimos cuatro años por culpa de otros españoles.

Bueno, en cierto modo, lo que yo hago tiene relación con lo que los maleducados me hacen por la calle. Mi boca se llena de insultos pensando en ellos. Sé que mi comportamiento está mal y sólo sirve para molestar a algunos españoles razonables. Pero según mi experiencia de cuatro años, eso me ayuda más, aunque no se lo recomiendo a nadie. Me "malespañolizo" sólo por culpa de algunos extraños.

Bueno, no os preocupéis, últimamente no necesito ese desahogo, así que no hay más víctimas a mi alrededor por un insulto de venganza, ya no me enfado tanto como antes. Empiezo a estar muy acostumbrada a los insultos. Pero si fuérais generosos, me gustaría que entendiérais que ese insulto para los asiáticos es tan estresante como para perder los buenos modales japoneses. Y si hay algún voluntario, estoy haciendo una convocatoria para reclutar a quien quiera recibir mis insultos si me pongo muy enfadada porque me digan la palabra "china".

La cena de hoy 29 de noviembre de 2010:
Aperitivos de tomate y brécol.
Arroz con albóndigas.
Crema de verduras con patatas, zanahorias, cebolla, salchichas y jamón cocido de pavo.
Elaborada entre fogones por Macarena.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Hasta el año que viene

Ha terminado la temporada de tenis de 2010. Mi Rafa va a entrar en la temporada baja. Espero que descanse bien y que pase bien la Navidad. Voy a seguir animándole el próximo año 2011 sin falta.

El partido de hoy ha terminado con la victoria de Federer. Por un lado, es una lástima porque mi Rafa ha sido derrotado. Claramente le veía muy agotado físicamente por la influencia del desgaste en el partido de ayer. Pero su estrategia contra Roger era tan consistente que me hacía recordar el campeonato de Wimbledon en 2008. Mi Rafa ha atacado insistentemente el revés de Roger. No se puede llegar a ser un buen tenista sin ser bien inteligente.

Por otro lado, quiero quejarme de que no haya empate en el partido de tenis. Cada vez que veo a mi Rafa competir en un partido contra su muy respetado Roger, me siento así: "Vale, ya los dos jugadores se han esforzado mucho. Ya es suficiente. Voy a regalarle un título a los dos." El mundo del deporte es muy riguroso.

No puedo decir nada concreto, pero el partido de hoy me dejaba muy pensativa. Probablemente tenga que aprender algo de mi Rafa. Bueno, mi temporada de tenis también se acabó. ¿Qué me sostiene durante el resto del año 2010?

Bueno, es superfluo decir que hoy también estaba su novia al lado de la madre de mi Rafa, por supuesto que en mi lugar. ¿Ha mostrado su verdadra naturaleza como gafe, por fin, en la final de hoy?

El almuerzo de hoy 28 de noviembre de 2010:
Tortelini de queso.
Ensalada de lechuga, zanahoria, pepino, pasas y tomate.
Yogur.
Elaborado entre fogones por Macarena.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Ha repelido a una gafe

Hoy, el partido de mi Rafa ha estado al rojo vivo, tanto que me sentía más muerta que viva. Me gusta ver un partido muy reñido y espectacular, pero era bastante insoportable temblar sólo por ver el partido sin saber en qué acabaría el resultado. De todos modos, mi Rafa ha ganado. Ahora estoy tranquila.

Sin embargo, el partido de ayer también fue muy tenso. Mi Rafa, que raramente se trastorna, estuvo muy nervioso gritando al árbitro. Como él gritaba en español, pude escuchar lo que estaba diciendo y, como yo no estaba cerca de él, no pude ayudarle nada. Sólo me sentía confundida delante del televisor gritando "¿qué pasa? ¿qué pasa?".

Mi Rafa estuvo diciendo: "¡Carlos, estás diciendo una barbaridad! Estás diciendo una barbaridad! ¡Estás diciendo una locura!" En realidad, pensaba que la palabra "barbaridad" se usaba para una sorpresa positiva, así que por un instante, no entendí lo que mi Rafa quería reclamar. Pero bueno, al final, él ganó. Eso es lo más importante.

Hoy los comentaristas del partido de mi Rafa estaban hablando sobre el suceso de ayer y han dicho que la frase que dijo mi Rafa pasará a la historia. "¡No juego más!" será algo tan memorable como lo dicho por el rey de España: "¡Por qué no te callas!". También acabará escrito en más de una camiseta como lema. Si se vendiera esa camiseta, seguro que me compraría una.

Bueno, la verdad es que el partido de hoy fue un reto muy, pero muy difícil para mi Rafa. Durante su partido, repetidas veces estuve pensando en una excusa para la derrota de mi Rafa. He pensado que iba a echar la culpa de la derrota de mi Rafa a su novia. Es que ella estaba hoy al lado de la madre de mi Rafa, en mi lugar. Así que si hubiera perdido mi Rafa, habría podido decir en voz alta que ella era una gafe. ¡¡¡Una ceniza!!!

Al final, no he necesitado esa excusa. Me alegro mucho por mi Rafa, pero si os digo la verdad, quería echarle la culpa a su novia, un poquito.

El almuerzo de hoy 27 de noviembre de 2010:
Aperitivo de tomate con perejil, ajo, sal, pimienta blanca y aceite de oliva.
Emparedado de jamón cocido de pavo, pepino y queso.
Emparedado de huevo duro con mayonesa.
Sopa de carne de pollo, repollo y champiñones.
Elaborado entre fogones por Macarena.

viernes, 26 de noviembre de 2010

El estereotipo que tienen los españoles

El otro día, hicimos una actividad en una clase a la que estoy apuntada. Dividimos la clase en tres grupos, cada grupo describía el estereotipo de una nacionalidad y los otros dos grupos trataban de adivinar qué nacionalidad era descrita. Bueno, era algo como una adivinanza.

Yo formaba un grupo con dos españoles. A mi grupo le tocó describir la nacionalidad española, o sea, teníamos que describir el estereotipo de los españoles. Antes de que empezáramos a describir algo, mi corazón me palpitaba de emoción. ¡Qué interesante! Es que los españoles describirían el propio estereotipo de ellos mismos. Me sentí llena de curiosidad.

Mi grupo se componía de un español, una española y yo, o sea, una japonesa. Al principio, él empezó a decir: "Vamos a ver. Empezamos por algo físico. Los españoles son morenos y altos." En cuanto él dijo "altos", nosotras dos gritamos: "¿¿¿Altos??? ¡No! ¡¡¡No!!!" No olvidéis que una de nosotras era española. Al final, concluímos que los españoles no eran bajos ni altos.

Continuamente, el compañero decía: "Vamos a pensar en el carácter. Pues, los españoles son alegres y amables." En cuanto él opinó, nosotras dos gritamos: "¿¿¿Alegres y amables??? ¡No! ¡¡¡No!!!" No olvidéis, aunque lo vuelvo a repetir, que una de nosotras era española. Al final, concluímos que los españoles eran parlanchines y hablaban en voz muy alta. Pero como él insistía mucho, añadímos que la mayoría de los españoles eran muy amables, alegres y tolerantes, aunque nosotras no estábamos nada convencidas.

Más tarde, describímos otra característica: "Los españoles comen muy bien. Les gusta comer el queso, el arroz, el jamón y el aceite de oliva y les gusta beber el vino y la cerveza." Bueno, era un discurso un poco simple. Para que fuera menos fácil de adivinar para los otros grupos, evitamos usar las palabras claves como tapas, tortilla de patatas, paella. Y tampoco queríamos usar las palabras como flamenco y toros, así que el último estereotipo era que a los españoles les gustaba bailar e ir de fiesta. Desde mi experiencia de cuatro años viviendo en España, no me he encontrado con españoles a los que les encante bailar, tampoco conozco gente que salga frecuentemente, aunque los españoles suelen opinar lo contrario a mi experiencia, así que supongo que sí les gusta.

El compañero también quería añadir: "Los españoles frecuentemente van a la iglesia." Al instante, la compañera le dijo que eso no podía valer como un rasgo del estereotipo. Para mí ese punto quedó dudoso porque, realmente, a mi alrededor hay muchas chicas solteras que van a misa con regularidad, incluso pienso en una que va todos los días.

A la hora de adivinar de qué nacionalidad hablábamos, los otros grupos lo acertaron admirablemente. Pero lo que me parecía muy divertido era que ellos reconocieron haberlo acertado por las expresiones de "parlanchines" y "en voz alta". Así que los españoles están de acuerdo con el estereotipo de que los españoles son parlanchines.

Parece que los españoles tienen un estereotipo claro de los estadounidences y les definen así: "Ellos siempre mastican chicle, comen hamburguesas y perritos calientes. Están gordos." Eso me hacía imaginar a los españoles.

El almuerzo de hoy 26 de noviembre de 2010:
Arroz con carne de pollo, zanahoria, apio, cebolla y jengibre.
Tortilla de atún y salchichas.
Ensalada de lechuga, zanahoria, pasas y tomate.
Elaborado entre fogones por Macarena.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Los efectos secundarios

Mi Rafa es el hombre más fuerte del mundo. Actualmente, él sigue ganando sus partidos en Londres. Es una noticia muy placentera. Todo es gracias a su apoyo familiar, a su fuerza mental, a su fuerza física, a su esfuerzo y a su sacrificio.

Ayer, naturalmente, estuve viendo en el televisor su partido contra Djokovic. Fue una lástima que Djokovic tuviera molestias en uno de sus ojos, no es que me diera igual, pero lo importante es que mi Rafa ganó. Lo siento mucho por Djokovic. La próxima vez, seguro que él elegirá mejor sus lentillas.

Ayer, mi Rafa también contaba con el apoyo de su tío Toni que, además, compartía asiento en la grada con un invitado argentino sobradamente conocido que es toda una estrella mundial del fútbol y un caso menos afortunado fuerta del terreno de juego. Me refiero a Diego Armando Maradona.

El tenis es uno de los deportes más destacados, pero es muy diferente del fútbol, que sigue siendo el deporte favorito de la mayoría de los españoles, les encanta. Lo que quiero decir es que durante el partido de tenis, no encuentro un momento en el que pueda relajarme y disfrutar del partido sin tensión.

Voy a comparar el tenis con el fútbol. Para mí, que no soy tan aficionada al fútbol, mirando un partido del fútbol, me siento muy excitada y tensa sólo cuando los jugadores compiten dentro del área de gol. Además, durante los noventa minutos, no siempre compiten en ese área. Hay bastante tiempo en el que puedo relajarme tomando una cerveza bien fría y picando algo que esté sabroso. Para mí, que no soy tan aficionada del fútbol, por decirlo así, hay mucho tiempo irrelevante. No os enfadéis, es que a mí no me interesa el fútbol.

Por otro lado, el partido de tenis siempre me pone tensa. En el tenis, una vez que el jugador saca la pelota, ya cada punto significa un montón y es súper importante. No sé cómo puedo explicarlo mejor, de todos modos, el partido continúa en una lucha en total tensión entre sólo dos contrincantes.

Es una situación que me hace sentir súper nerviosa. Los sentimientos se exteriorizan ya sea de forma alegre o triste, por cada punto jugado. Naturalmente, no puedo relajarme ni un momento, sobre todo, durante los partidos de mi Rafa.

Si os explico cuán inquieta estoy, yo no puedo sentarme en el sofá, ni tomarme tranquila mi querida cerveza. En cambio, mi estado de ánimo se vuelve tan alterado que incluso me pongo a limpiar el suelo con la mopa, además, si el partido dura mucho, incluso empiezo a planchar las blusas.

Es que no me siento tranquila, estoy súper inquieta durante todo el partido de mi Rafa. Entonces, siempre que llega el momento de comienzo del partido, cojo la mopa y empiezo a limpiar el suelo moviendo la mopa afanosamente, por supuesto que no olvido ver el partido y animarle en voz alta.

Entonces, después del partido de mi Rafa, el suelo de mi habitación está más que limpio. A veces, incluso las blusas están desarrugadas y planchadas impecablemente. Ver los partidos de tenis de mi Rafa produce en mí, de forma imprevista, unos efectos secundarios imprevisibles.

El almuerzo de hoy 25 de noviembre de 2010:
Arroz en blanco.
Hamburguesa casera a la salsa de tomate con guarnición de guisantes, pepino y alcachofas.
Caqui y kiwi al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿Por qué tienen tanto encanto?

Bueno, no tengo muchos amigos y conocidos españoles con los que salga a menudo a algún sitio. Pero algunas veces voy con ellos a picar algo juntos. Hoy ha sido un día tal como éste. Después de terminar una clase, he ido a un bar para almorzar junto con unas compañeras.

En Japón, cuando voy a comer con alguien, al principio, vamos a elegir qué tipo de comida comemos. Por ejemplo, cuando tenemos ganas de comer RAMEN, vamos a elegir un comedor de RAMEN. O bien, si queremos comer pasta, vamos a elegir un comedor italiano. Lo que pasa es que hay muchos tipos de comedor en Japón. En cambio, aquí en España hay muchos bares, pero nos ofrecen las tapas o las raciones bastante parecidas, sea cual sea el comedor que se elija. Para mí, esta falta de variedad es una lástima cuando hago comparaciones con lo que encuentro en Japón.

Así que hoy, también sin excepción, hemos entrado en un bar. Sí, a mí me encanta comer fuera de casa siempre que tengo ocasión, es que ya sabéis que no me gusta cocinar. Como siempre, me he pedido unas copas de cerveza bien fría para ir abriendo boca. La comida la hemos compartido entre las tres chicas que nos hemos reunido.

A mí me parece bien compartir los platos entre los amigos porque, como raramente como fuera de casa, me gusta probar todas aquellas tapas que no he comido nunca o que son algo nuevo para mí. Así que si compartimos la comida, puedo probar un poco de todos los platos. Es un sistema muy favorable para mí. Aunque el menú suele ser bastante parecido en cada bar, quiero probar lo que no conozco.

Lo curioso es que hay algo que ocurre con alta probabilidad. Creo que ya os lo he mencionado antes en este blog, pero quiero escribirlo otra vez. Es que cuando voy al bar con españoles, casi siempre hay alguien que pide un plato de patatas bravas. Sin excepción, hoy también ha sucedido lo mismo.

No es que esté enfadada y tampoco es que me disgusten las patatas bravas. Al final, aunque la salsa brava sea un tanto especial, sólo se trata de patatas fritas, ni más ni menos. Lo que quiero decir es que no sé si merece la pena comerlas expresamente en un bar.

Me gusta mucho comer fuera porque así no necesito cocinar nada. No sé por qué, pero me exaspera que sea tan recurrente sólo pensar en las patatas fritas. Sea como sea, las he comido muy a mi gusto.

El almuerzo de hoy 24 de noviembre de 2010:
Cerveza bien fría.
Aceitunas.
Ensaladilla.
Patatas bravas.
Berenjenas cocidas.
Croquetas de bacalao.
Disfrutado en un bar por Macarena.

martes, 23 de noviembre de 2010

Sigo estando afectada por la conmoción

Ayer, saqué una foto de mi propia cara, es que la necesitaba para un papeleo de mi vida. Así que, naturalmente, miré fijamente la foto de mi rostro y me produjo un gran golpe para mí. La foto de mi cara salía tan, pero tan mal que no di crédito a mis ojos.

¿¿¿De verdad que esa era mi cara actual???

Bueno, la cara que aparecía retratada en la fotografía era auténticamente la mía. Es cierto, no puedo equivocarme. Sin embargo, aunque yo siempre estoy orgullosa de mi piel, en la foto se mostraba sombría y no lucía nada bonita.

Además, mi semblante me recordaba a los sospechosos alineados en la sala de reconocimiento durante una ronda de identificación ocular de posibles criminales, propia de una película policiaca. Era un imagen tan horrible que temblé de temor. ¡Dios mío!

Definitivamente, la foto nunca miente, lo sé. Por otro lado, algunos españoles siguen lanzándome los jaleos de "¡guapa!". Supongo que esos españoles pueden llegar a ser una "jartá" de aduladores. ¡¡¡Ya nunca más voy a creer en ellos!!!

El almuerzo de hoy 23 de noviembre de 2010:
Gratén de patatas, guisantes, salchichas, cebolla y queso.
Ensalada de lechuga, pepino, pasas, espárragos, alcachofas y rodajas de salchichón.
Regañás.
Elaborado entre fogones por Macarena.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La Macarena de hoy

La Macarena de hoy era demasiado silenciosa. Después de la clase, he ido a un bar para tomar algo con unos compañeros. Como ya eran más de las doce de la tarde, imponentemente, me he pedido una cerveza bien fría.

Los tres compañeros que me acompañaban en el bar son españoles. Reunidos en un corro, han empezado a charlar sobre la clase finalizada. Una vez que han empezado la conversación, ya no han parado nunca. Una compañera habla, después sin pausa alguna, otra compañera empieza a hablar, más tarde, otro compañero también dice algo.

Bueno, como ellos utilizan palabras bastante coloquiales, a veces, salen a la luz expresiones que ni siquiera conozco, aunque creo que puedo imaginar, más o menos, el sentido del mensaje si sigo escuchando la conversación. He escuchado, escuchado y escuchado toda la conversación de principio a fin. Y cuando he vuelto en mí, me he dado cuenta de que no he pronunciado ni una sola palabra. ¡Por favor!

El caso es que no me sentía fatal, ni triste. Más bien, diría que he pasado un rato muy agradable. Pero me digo a mí misma: ¡Macarena, tienes que participar en las conversaciones con los españoles, seguro que te divertirás más y más!

No es que no quiera hablar, o que sienta timidez, sino que era tan normal escuchar su conversación que he olvidado que no estaba hablando nada.

Ummm. ¿Faltaba más cantidad de cerveza?

El almuerzo de hoy 22 de noviembre de 2010:
Espaguetis con acelga, setas porchini, nata, ajo y cebolla.
Medallón de merluza salteada con aceite de oliva, perejil, albahaca y orégano.
Pepino al natural y alcachofa cocida.
Mandarinas al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Quiero aprender a cocinar

Aunque no sé si lo sabéis o no, a mí no me gusta cocinar. Sin embargo, me encantaría aprender a cocinar, sobre todo, la cocina española, y si es posible, toda la cocina mediterránea.

Como siempre tengo esa tentación, busco alguna academia culinaria por internet. Pero todavía no he encontrado ninguna para aficionados. ¿No es popular aprender a cocinar aquí en España?

Una amiga japonesa, que tiene la misma edad, ha empezado a ir a una academia culinaria en Japón. Su motivo principal es prepararse para el matrimonio, aunque ahora mismo no tiene ningún prometido. Para mí, su comportamiento es comprensible, no sé si es porque soy japonesa, aunque hay japonesas que aprenden a cocinar para casarse con alguien. No sé si es por eso, pero hay muchas academias culinarias en Japón.

En cambio, no sé si este tipo de pensamiento y comportamiento existen entre las españolas en España. Me parece que no porque no hay tantas academias culinarias como en Japón. Parece que las academias culinarias son sólo para formar a profesionales.

Pero si encontrara una academia culinaria para aficionados, me gustaría apuntarme. Es que no me gusta cocinar, pero tengo que cocinar todos los días, por lo menos, una vez al día.

El almuerzo de hoy 21 de noviembre de 2010:
Tortelini de queso ricota y espinacas.
Ensalada de lechuga, pepino y zanahoria.
Salchichas con espárragos blancos.
Elaborado entre fogones por Macarena.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Cambio de ciento ochenta grados

Aunque debería ir más veces al gimnasio, no voy siempre que puedo, pero hoy he ido y he entrenado bastante. Cuando me apunté al gimnasio, mi primer objetivo era sudar y tener un metabolismo alto. Sin embargo, después de volver de Japón, hacer footing es mi favorito.

Desde que nací, nunca me había gustado correr. Lo que me parecía más odioso de las clases de educación física era correr, especialmente, la maratón. No he cambiado de opinión en la primaria y tampoco en el instituto. Cuando entré en la universidad y ya no necesitaba hacer la maratón en clases de educación física, me sentí muy aliviada y súper contenta.

Después de la universidad, por supuesto que nunca había pensado en hacer footing. Correr sólo me parecía algo penoso y doroloso. No era una actividad atractiva.

Sin embargo, de repente, he empezado a correr. Aunque todavía soy principiante, intento seguir corriendo a un ritmo bajo de velocidad durante media hora. Cuando me siento mejor, intento correr más de media hora. La verdad es que ni yo misma me lo puedo creer. Correr era mi pesadilla, además, se me daba fatal. Pero últimamente, a veces, incluso tengo ganas de correr. ¡Qué cambio ha ocurrido en mí misma!

Intento no trabajar demasiado porque no quiero perder las ganas. Creo que seguir haciendo ejercicio es lo importante, aunque sea poco a poco. Después de correr, tengo mucha más hambre que siempre. Entonces, la cantidad de comida que veo en mi plato va aumentando cada vez más. No sé si estará bien o no para mí. Aunque mi objetivo no es adelgazar, tampoco quiero engordar.

El almuerzo de hoy 20 de noviembre de 2010:
Arroz en blanco.
Panceta y nabo cocidos en dulce.
Salteado de repollo, cebolla, zanahoria, pimiento verde, apio y maíz.
Berenjena cocida con MISO.
Caqui al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Un punto inmutable

Hoy iba a escribir sobre cómo mi españolización ha ido progresando durante estos cuatro años. Sin embargo, hoy como siempre, he visitado el tablón de anuncios sobre España de una página web para japoneses. Allí habían planteado un tópico que me ha llamado mucho la atención.

En pocas palabras, el tema era sobre el uso del cuarto de baño de los españoles. Una japonesa ha pedido el parecer de los demás japoneses. Para mi sorpresa, mucha gente ha contestado a su pregunta. Eso significa que a muchos japoneses les interesa mucho el uso del cuarto de baño por parte de los españoles. Menos mal que este tema no sólo me interesa a mí.

Parece que hay muchos españoles que no vierten agua después de hacer sus necesidades. Bueno, para mí, el retrete de España tiene muchos misterios tal como ya sabéis. Y dicho francamente, los servicios públicos están muy sucios, pero demasiado sucios. Y pensaba que era por causa del maleducado y egocéntrico de turno que actúa contra las propiedades públicas porque no siente que sean suyas.

Pero leyendo sobre las opiniones de mis compatriotas, pensaba que habría alguna diferencia fundamental sobre el nivel de manías por la limpieza entre los españoles y los japoneses. Para nosotros, no cabe duda de que hay que verter agua después de hacer nuestras necesidades, bien sean orina o heces. Así que cuando nos encontramos con un váter en el que alguien conocido o desconocido deja rastro de sus necesidades, recibimos un impacto tan insoportable que después se convierte en mucha ira. Desgraciadamente, ya me he encontrado en tal situación.

En muchos aspectos, siento que me he españolizado y me voy españolizando. Pero sobre el tema de váter, probablemente no acabaré de españolizarme nunca. Hoy me he convencido de que soy pura, genuina y totalmente japonesa al cien por cien.

El almuerzo de hoy 19 de noviembre de 2010:
OYAKODON: arroz con carne de pollo, huevo y cebolla.
Ensalada de lechuga, maíz, surimi y atún.
Berenjena cocida en dulce.
Elaborado entre fogones por Macarena.

jueves, 18 de noviembre de 2010

A veces quiero soliloquiar

Durante estos cuatro últimos años me he aguantado las ganas de hacer lo que me gusta. He resistido convenciéndome de que debo dar total prioridad al estudio del español.

Cuando, a veces, hice algo aparte de estudiar español, me sentía muy culpable y no podía disfrutar nada porque me remordía la conciencia. Así que mirando estos cuatro años atrás puedo resumirlos en los días de estudio del español y la ida y vuelta de los supermercados.

Para colmo, todavía la rutina de los días sigue siendo así. Parece que no se acaba nunca de estudiar español. ¿Mi vida seguirá siendo así mientras viva en España? Repetiré esa rutina de estudiar español, ir al supermercado y cocinar aunque no me gusta. ¿Podré soportarlo para siempre?

Ah, quiero salir de viaje.

El almuerzo de hoy 18 de noviembre de 2010:
Arroz frito con repollo, pimiento verde, puerro, salchichas y rodajas de salchichón.
Patatas fritas con lechuga romana.
Peras al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.