miércoles, 28 de abril de 2010

¿Debo devorarlos hasta que consiga mi objetivo?

A mí me gustan mucho los caracoles. El único problema es que todavía busco cómo puedo comerlos de manera distinguida como una dama elegante. A una dama elegante no le sienta bien chuparlos como una aspiradora y con un ruido estruendoso.

He pensado en dos remedios que imagino que serían posibles.

En primer lugar, la técnica devoradora. ¿Qué os parece si, en vez de chuparlos, devoro incluso el caparazón para comer hasta el resto del cuerpo escondido?

Afortunadamente, el caparazón de los caracoles no es algo tan duro como para que parezca imposible devorarlo con mis dientes. Si desarrollo la capacidad de separar el cuerpo y el caparazón masticando en mi boca, sería perfecto.

Es que luego resultaría fácil deshacerse del caparazón, que no se puede comer, con tan sólo lanzarlo desde mi boca al suelo, tal como se hace por la calle con las cáscaras de las pipas de girasol, o en los bares con las colillas y servilletas de papel que se amontonan junto al muro de la barra.

Aunque llevo casi cuatro años viviendo en España y me gustan las pipas de girasol, todavía no he dominado esa admirable técnica que los españoles adquieren perfectamente por imitación de sus mayores y desde una edad tan temprana.

Así que si practicara esa técnica para comer los caracoles, necesitaría mucho más entrenamiento tanto con las pipas como con los caracoles. Claro que sí, pero tampoco lo considero muy elegante.

Si tengo que elegir entre chupar o devorar los caracoles, no sé cuál opción es más elegante, pero creo que ninguna de las dos merece la pena. Así que me gustaría saber vuestra opinión. ¿Qué os parece el siguiente remedio?

En segundo lugar, he pensado en abandonar con resignación el resto del cuerpo que escapa a mi alcance.

Sé que es una verdadera pena. Es que no puedo soportar la idea de renunciar a algo tan delicioso como el último bocado que todavía podría comer. Pero bueno, para ser una dama elegante, debería hacer de vez en cuando estos actos contradictorios a los que nos obliga la elegancia.

De todos modos, me pregunto si una dama elegante comería unos caracoles tan chiquititos de origen. Sí, debe ser que sí. Es que están muy ricos.

Así que quizás debería no comerlos en público, o sea, los comería en la intimidad de casa para que nadie me viera comiéndolos. Bueno, es una idea muy buena. Podría comerlos sin preocuparme y podría disfrutarlos como mejor me pareciera.

Entonces, la conclusión parece evidente, pero atenta contra mis principios fundamentales. ¿¿¿Tengo que cocinar los caracoles en casa??? ¡Es que no me gusta cocinar!



El almuerzo de hoy 28 de abril de 2010:
Aperitivos de queso fresco y tomate natural con un toque de perejil.
Arroz en blanco.
Ensalada de lechuga, pepino y pasas.
Pastel de carne con calabacín, pimiento rojo, ajo y cebolla a la salsa casera de tomate.
Elaborado entre fogones por Macarena.

4 comentarios:

  1. MANUEL MORALES VAZQUEZ29 de abril de 2010, 7:45

    Con respecto al problema de los caracoles una tecnica muy usada para evitar el tener que sorberlos y asin pesder la compostura, es usar un palillo de dientes para sacarlos del caparazon.
    Espero haberte sido de ayuda

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  2. Macarena, he visto algunos bares en los que te venden los caracoles en tarrinas cerradas. La gente se los lleva a casa y se los comen antes de que se enfríen.
    Para ti sería una buena opción, mucho mejor que lo de comértelos con concha incluida (nada recomendable, me parece).

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  3. Hmmmm.... caracoles... Una de mis comidas preferidas !!!
    La técnica del palillo, como te dicen más arriba, fuenciona muy bien, pero también te digo que, depende que comidas, el gustazo de sorber y pringarte los dedos no tiene precio.
    Un abrazo !!!

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  4. Hola, Manuel. Gracias por tu comentario y tu consejo. Creo que tirar del cuerpo del caracol con un mondadientes no me permite el mejor agarre porque el ángulo del caparazón me lo impide muchas veces y el cuerpo se corta por la mitad. Además, cuando intento sacar el resto del cuerpo con el mondadientes, el cuerpo se hunde hasta el fondo. Creo que sería más fácil con un gancho o algo curvo. Ahora es muy buena época para experimentarlo, así que voy a esforzarme más. Saludos.

    Hola, David. Gracias por tu información, me parece genial. Voy a buscar un sitio donde se vendan los caracoles para llevar. Si puedo comprarlos para una persona, será genial. Puedo comerlos como quiera, con sonido o sin sonido, devorar o glotonear. ¿Sabes si hay reparto a domicilio como para la pizza? Je, je, je. Saludos.

    Hola, Nuria. Me alegro de que a tí también te gusten los caracoles. Es que parece que hay mucha gente a quien ya no le gustan los caracoles. Este año, voy a entrenar muchas veces. Quiero saborearlos toda la temporada. Bueno, ¡cuídate mucho y disfruta tu nueva vida! Saludos.

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