lunes, 24 de mayo de 2010

Cuando me siento vieja

La verdad es que soy muy cuidadosa, prudente, cautelosa y precavida. Así que antes de venir a España para vivir aquí, hice concienzudamente todos los preparativos para evitar que no me gustara este país.

Tenía el prejuicio de que en el extranjero habría una alta probabilidad de que alguien pudiera dañarme de un tirón por la calle. Como en España salta a la vista que soy extranjera, pensaba que seguramente los ladrones me apuntarían por la calle para robar mi bolso.

Así que lo que hice antes de venir a España fue comprarme muchos zapatos planos. Por supuesto que era para poder huir fácilmente y correr a más no poder dejando atrás a los ladrones. Además, es que en España es muy difícil encontrar zapatos de mi número. Por lo general, parece que las españolas tienen los pies más grandes que las japonesas, y yo tengo mis pies demasiado pequeños incluso para ser japonesa.

En Japón, aunque no me gustaba cocinar, me gustaban mucho los zapatos con tacones. Me hacían sentir más fenenina. Sin embargo, no sé por qué me caía tan fácilmente, además, frecuentemente me torcía el tobillo. Ojo, que no era por tomar demasiadas cervezas. Encima, como era bailaora de flamenco, tenía que cuidarme especialmente, las piernas eran muy importantes para bailar y zapatear. Así que para evitar tal problema, normalmente intentaba ponerme los zapatos sin tacones, aunque yo fuera al contrario de mi gusto.

Bueno, aquí en España, uso con cariño los zapatos sin tacones, pero como a acabo de deciros, tengo otra razón para usarlos y es que aquí hay muchas calles que no se pavimentan. Así que es aún más fácil torcerme un tobillo. Afortunadamente, hasta hoy, excepto por el deporte, no me he torcido el pie y nadie me ha robado por la calle.

Hace una semana, me puse unos zapatos con tacones después de mucho tiempo sin usarlos. Es que tenía que ir a un sitio serio. Así que me los puse combinando con mi ropa. Increíblemente, al día siguiente, mis dos piernas me dolían insoportablemente. Sentía el dolor agudo en el interior de mis piernas. Eran las molestas agujetas. El dolor era tan grande que no podía creerme que yo antes fuera bailaora y estuviera acostumbrada a bailar vehementemente con mis zapatos con tacones.

Ya veo que mis piernas van envejeciendo. Ojalá, otras partes de mi cuerpo no envejezcan tanto como mis piernas. Estoy bastante decaída. Creo que voy a salir a tomar unos caracoles y unas cervezas bien frías.


El almuerzo de hoy 24 de mayo de 2010:
Pasta mariposa con pimientos rojo y verde, ajo y cebolla.
Plato combinado de patatas fritas, huevo frito y salchichas fritas.
Elaborado entre fogones por Macarena.

5 comentarios:

  1. Uy tacones.......Yo los usaba mucho, ahora solo cuando es necesario, aunque sobrevivo bastante bien cuando tengo que usarlos.

    Sera que no son muy comodos los que usaste?

    Coca

    ResponderEliminar
  2. ¿Las calles no se pavimentan en España? Acabas de hacer felices a muchos nacionalistas vascos porque en el Norte todas las calles tienen pavimento, ¿significa eso que el País Vasco no es España? De hecho en muchos sitios de Tokyo no había aceras y sólo pintaban una raya en el asfalto. ¿Significa eso que Tokyo sí es España? Hmm me quedo con la duda..

    ResponderEliminar
  3. Hola, Coca. En mi caso, aunque me ponga los zapatos planos, suelo torcerme el tobillo con facilidad. Así que creo que no es por los zapatos que uso. ¿Pero entonces por qué me pasa esto? Saludos.

    Hola, Biruvito. Una línea es suficiente para nosotros. Somos capaces de ver y respetar las líneas pintadas en el suelo. Así que creo que Tokyo no es una parte de España. Saludos.

    ResponderEliminar
  4. @Biruvito, yo creo que con no pavimentado se refiere a las calles que aún conservan los adoquines, que en algunas ciudades son de obligatorio mantenimiento por su valor histórico, pero que son bastante malos para caminar con tacones. No creo que esté hablando de calles de tierra, porque de esas no he visto ni en el pueblo de mi novia (que tiene 6.000 habitantes). Seguro que en Euskadi también hay calles así. De hecho, he visto calles con adoquines incluso en Tokio, en el barrio de Kagurazaka ;) Así que allí tampoco puedes ir con tacones Macarena.

    ResponderEliminar
  5. Hola, David. Verdad. Tienes toda la razón. Me comprendes perfectamente. Me alegro mucho de que mi español funcione contigo. Las grietas son un verdadero peligro. Sobre todo para mí. A Kagurazaka, me gustaría ir poniéndome el KIMONO. Saludos.

    ResponderEliminar