lunes, 10 de mayo de 2010

No desperdicies las verduras

Como a mí no me gusta cocinar, he tenido muchas ocasiones de ver que las comidas se estropean por mi culpa. Siempre pasa lo mismo y, cada vez que me ocurre, reflexiono mucho. Pero de tarde en tarde lo repito sin querer. Hace poco miré el contenido del frigorífico para preparar la comida. Me sorprendí.

En primer lugar, un puerro había crecido notablemente, sobre todo, creció la parte de dentro. ¡Caramba! La altura del puerro era de casi el doble de la que tenía cuando lo había comprado.

En segundo lugar, la berenjena se mustió. ¡Vaya! A primera vista estaba claro que ya no podía comerla. Tenía unas grandes manchas marrones en su piel negra.

En tercer lugar, la lechuga se marchitó. ¡Dios mío! ¿Tan baja era la temperatura dentro del frigorífico?

En cuarto lugar, el queso tierno que había comprado no era queso azul, pero se convirtió en queso azul. Lo recubría una fina película verde y blanca.

¡Por favor! Era como si todo hubiera sufrido un maleficio.

Todo pasó por mi culpa. La causa era la diferencia de ganas que tenía cuando estaba haciendo la compra y justo antes de empezar a cocinar. Normalmente, mientras hago la compra, me siento muy positiva, así que olvido que no me gusta cocinar.

Cuando llego a casa compruebo que involuntariamente he comprado muchos alimentos. Sobre todo, veo que siempre he comprado demasiadas verduras. Pero en ese momento, pensé que iba a cocinar algo con esto y aquello, o sea, tenía alguna idea de cocinarlas.

Sin embargo, justo antes de cocinar, pierdo mis ganas de cocinar. Así que el primer plan que tenía para hacer la comida lo dejo para otro día. Aunque no sepa cuándo llegará ese día. A veces, nunca llega ese día. Así que, desgraciadamente, el resultado llega a ser una lástima.

¡Qué mala soy yo! Me molesta mucho que la comida que compré se estropee. No es mi intención. ¿Pero adónde van siempre mis ganas de cocinar?

Últimamente, tengo muchas menos ganas de cocinar que siempre. Bueno, no me preocupo mucho porque eso es algo periódico. Pero me preocupo por las verduras que hay en mi frigorífico. En estas circunstancias, lo más conveniente es saltear cualquier verdura que haya, y la mejor manera de cocinarlas es con la olla wok. Como el plato de hoy para el almuerzo, un revuelto es muy fácil. Puedo utilizar todas las verduras que están en peligro. Además, no fracaso casi nunca.

Desde hace diez días no he ido al supermercado. Es decir, en la compra anterior compré bastante comida. Voy a desafiar a mi imaginación para sobrevivir sin hacer la compra dos días más.


El almuerzo de hoy 10 de mayo de 2010:
Arroz en blanco con UMEBOSHI.
Revuelto de salchichas, repollo, pimiento verde, apio y espárragos.
Patatas al alioli con un toque de sésamo, pepino y chorizo picante.
Yogur natural azucarado.
Elaborado entre fogones por Macarena.

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