lunes, 21 de junio de 2010

La pescadilla que se muerde la cola

Recuerdo que hablaba con unos españoles aunque no me acuerdo sobre qué. Ella empezó a hablar a los españoles sobre su conocimiento sobre las japonesas. Ella volvió a explicarse así: "Las japonesas son muy sensibles, no funcionan nuestras bromas. Yo tenía una compañera japonesa de trabajo. Así que conozco bien a las japonesas." En este momento, yo no fui igual que antaño, además tenía ayuda de mi cerveza. Estaba totalmente preparada para opinar en español. Y en fin, empecé a expresar mi opinión.

Yo: "La broma es muy difícil de entender, sobre todo, entre diferentes culturas y diferentes idiomas. Aunque sea una broma corriente para vosotros, dependiendo de tu cara y tu tono de voz, es posible que no podamos recibir tus palabras como una broma. Así que quizás tu compañera sea muy sensible, o quizás tu cara y tu tono sean demasiado serios para una broma. Por eso no puedes genelarizar diciendo que las japonesas son demasiado sensibles. Depende de las personas y depende de las situaciones."

Ella: "No, no. Las japonesas son muy sensibles. Es verdad."

Yo: "¿Qué tipo de broma le dijiste a tu compañera japonesa?"

Ella: "No dije nada malo. Aquí usar las palabrotas es muy normal. Es una expresión cariñosa."

Yo: "Bueno, pero si tú dices palabrotas con tu cara seria y tu tono de voz muy serio, será posible pensar que no es una broma. ¿No puedes imaginar ese punto de vista?"

Ella: "¿Quieres decir por mi cara? Yo le dije a ella una broma como siempre se lo digo a los demás. Así que no es por mí, sino porque las japonesas tienen demasiada sensibilidad."

Creo que me puse muy enfadada con su generalización. Así que en ese momento llegué a ser una contestona profesional. No dejé de hablar con ella. Encima, empecé a opinar generalizando sobre los españoles.

Yo: "Vale, ahora he entendido muy bien por qué los españoles nos lanzan la palabra "¡china!" o "¡chinita!" por la calle. Es que vosotros no tenéis tanta sensibilidad como la que tenemos nosotros. Así que no podéis pensar qué sentimos cuando nos lanzáis tal palabra por la calle. Por falta de sensibilidad."

Me di cuenta de que, aunque pensaba que nunca le había dado tanta importancia, me molestaba y, en el fondo de mi corazón, me daba mucha rabia recibir la palabra "¡china!" por la calle. Es que ese tema salió de mi boca en ese momento, aunque ella no me dijo "¡china!" Pero no me esperaba su respuesta.

Ella: "Porque nosotros no podemos distinguir a las chinas de las japonesas."

Hay mucha gente que contesta así sobre "¡china!", sin embargo, eso se desvía totalmente del punto de ese tema. Por eso siempre tenía que plantearlo de otra manera.

Yo: "Un momento. Nosotros tampoco podemos distinguir si tú eres española o portuguesa, o bien, italiana. Pero en ese caso, no te lanzo la palabra "¡portuguesa!" o "¡española!" por la calle. "Gritar ¡china!" por la calle es un insulto porque tiene la intención de molestar y ofender. ¿Te has parado a pensar si a una china le hace gracia que le digan china cuando va por la calle? ¿Qué necesidad hay de decirlo?"

Ella: "No es un insulto. Es una expresión de cariño."

Aunque yo me quedé sin palabras, ella continuó.

Ella: "Mira, yo tengo un sobrino. Él parece muy coreano."

Aunque ni siquiera yo puedo distinguir siempre a un coreano de un japonés o de un chino.

Ella: "Nosotros le llamamos ¡coreano! Y él está muy contento porque eso se lo decimos con cariño."

Me quedé boquiabierta, es que había cambiado de tema totalmente. ¿Quién dijo que mis conocidos me lanzaban la palabra "¡china!" por la calle?


Yo: "Tu caso y mi caso son diferentes. La gente que me lanzó la palabra "¡china!" era completamente desconocida. ¿A pesar de ello, era un cariño?"

Ella: "Depende del tono."

Bueno, tenía que explicarme mejor con unos ejemplos ilustrativos.

Yo: "Es un insulto. Mira, te doy un ejemplo. "¡Vaya con la china de los huevos!" ¿Con esas palabras también piensas que es un cariño?"

Ella: "Depende."

Yo no me lo podía creer. Ella trataba de justificar lo injustificable.

Ella: "Estás equivocada. Nosotros utilizamos esas palabras como una expresión cariñosa. No pasa nada por utilizar esas palabras entre nosotros."

Yo ya me había vuelto una contestona y, además, profesional. Así que no pude callarme.

Yo: "Te entiendo muchísimo. Hasta ahora no había entendido nada bien por qué los españoles nos lanzan esas palabras para insultarnos por la calle. Gracias a ti, lo entiendo muchísimo más. Es que a vosotros no os pasa nada por la cabeza al utilizar las palabras, aunque nos siente mal, porque vosotros no tenéis una sensibilidad como nosotros. Por eso no podéis imaginar el sentimiento de los demás. Nosotros somos muy "sensibles", así que siempre somos capaces de tener consideración con los demás, aunque sean diferentes."

Ella: "¿Qué dices? ¡China no es un insulto! Lo decimos porque nosotros no podemos distinguir si sois japonesas o chinas. ¿Ves como sois demasiado sensibles?"

Volvió al principio. Esto no era lo que me habían dicho. Esta vez, yo no paré.

Yo: "No te preocupes. Estoy muy contenta. Porque he entendido perfectamente por qué los españoles dicen así. Tú me has enseñado perfectamente. Es que los españoles no son nada sensibles, no tienen nada de sensibilidad, dicen esas palabras como les da la gana. ¿Verdad? ¡Muchas gracias! Ya sé que los españoles no son nada sensibles."

Ella siguió repitiendo que los españoles no podían distinguir quién era japonesa o china, así que ella defendía que si me dijeran "¡china!" por la calle, no era un insulto. Como mucho sólo una equivocación. Ya no había ningún remedio para la gente que insistía así. Es que era un punto totalmente diferente. Nunca saldría de ese bucle en nuestra conversación si ella siguiera con su mismo argumento.

Aunque estaba bastante excitada, por otro lado, estaba contenta porque descubrí algo que antes no había conocido. En un momento, sentí que se descubrió una respuesta que buscaba hacía mucho tiempo. Así que no es una mentira que me sintiera contenta.

Ahora estoy cansada, pero mañana voy a seguir un poco más.

8 comentarios:

  1. Desde la sinceridad y como española te diré que esa chica es como bien dice el insulto que ella se emperra en decir cariñoso "GILIPOLLAS" es mas me siento insultada como española que aun la gente sea tan prepotente e ignorante en este país.

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  2. Hola buenas noches!!!

    Bueno, parece que tenías una espina clavada y que gracias al poder de la cerveza esa espina ya salió. Me gustaría comentar varías cosas. Ya es un logro que te llamen "china" y no "chinita", que es lo más común. Generalmente siempre oigo ese calificativo en tono despectivo y si va unido a la acción de estirar los ojos, muchísimo peor.
    En España el desconocimiento de lo oriental es enorme, y no debe extrañar que se tienda a lo fácil y cómodo. Es decir todo el que tiene los ojos rasgados es chino, verdad verdadera. Además son muchos, ¿verdad?. Este caso no solo pasa a los japoneses, también a los coreanos, filipinos, etc... Pero si alguien sabiendo que eres japonesa te denomina china, ya es para molestar. Espero que la fuerza de la cerveza te de paciencia para acostumbrarte a ciertas cosas, que dudo mucho que cambien. Pero en el fondo tienes razón, cuesta poco ser más considerado hacia los demás y esas cosas no pasarían.
    Por cierto, ¿ya no te gusta cocinar?.

    Gracias por leerme.
    Buenas noches!!!

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  3. Macarena,
    Yo también escribí una entrada en mi blog, y hubo gente que decía que era como un piropo. No te imaginas el lío que se armó. Es uno de los temas prohibidos en mi blog :P
    En Japón también pasa algo parecido, porque a todos los extranjeros se les dice "norteamericanos" como si ellos (los estadounidenses) fueran los únicos en el mundo. Eso también está mal, muy mal. Pero hay una diferencia, si a los japoneses se les explica que "no soy americano, soy español" o "soy argentino", creo que la mayoría dirá como esa chica que "no podemos distinguir" ... pero nada más, después de un "sumimasen" (perdone).
    Ultimamente ya no me dan ganas de debatir con esa clase de gente, no en necesario gastar energías con personas que solo dirán "pero", porque no quieren comprender, solo quieren escuchar la palabra mágica "tienes razón", por eso yo digo lo mismo ... y se quedan felices.
    Hay españolas como Nuria y Aran (a las que conozco en persona) por ejemplo, que no son así, pero son españolas :), pero que te diga Nuria cómo son algunas ...
    Un abrazo y ánimo.

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  4. Y aquí está Nuria...
    Qué tema, Macarena, qué tema !!! Como bien dices en el título, es un pez que se muerde la cola, y creo yo, que un imposible. Quien no quiere entender no lo hará, por mucho que se lo expliques.
    Lo he vivido con Hideo y ahora lo vivo con la niña, a la que, como ya expliqué, me han señalado mientras se alargaban las comisuras de los ojos o, hace unos días, mientras explicaba que mi marido es japonés, me decían que si, que se veía chinita.
    No hay manera, así que mejor es sonreir y dar la razón como a los burros.
    Y como dice Nora, que hay alguna suelta por allí...que mejor no hablar.
    Besos !!

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  5. Yo creo que, cuando eres extranjero, estás condenados a sufrir racismo. Es inevitable, es una condición del género humano. Aquí en España y supongo que en cualquier país. Puede ser racismo de "baja intensidad" (que te llamen china) o casos más graves (como discriminación laboral y cosas peores), pero no deja de ser racismo.

    Es la maldición de los que viven fuera de su tierra, y no puedes educar a toda una sociedad, no puedes influir en los demás. Yo te recomendaría que no malgastaras tus energías intentando convencer a los racistas (que siempre te dirán, "¿yooooo? yo no soy racista") y vuelques esa energía en tu interior, intentando blindarte contra esos insultos y centrándote en la gente que conozcas aquí que sean buenas y te quieran, que seguro que también conoces.

    Sé que debe ser más fácil decirlo que hacerlo, te comprendo perfectamente, y también creo que una liberación como esa de vez en cuando debe ser saludable. Pero luego parece que se te quedó mal cuepo, si no, no estarías haciendo este ejercicio de catarsis.

    Yo siempre he creído que en el mundo hay más gente buena y decente que mala; sólo que los malos, los arrogantes, los prepotentes, se hacen notar más. No te centres en el mucho ruido que hacen los malos e indeseable, no malgastes con ellos tu energía (sea en forma de rabia contenida o discusión), y busca a gente que tenga cosas positivas que aportar. En España, como en todos los sitios, también los hay.

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  6. Macarena,
    Yo estoy con David, hay más gente buena y positiva que mala y negativa ;)
    Abrazos.

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  7. Esa chica tiene toda la pinta de ser una petarda, así dicho claramente, y, claro, aquello solo podía terminar como una "conversación de besugos", que no iba a ninguna parte.

    Como ya han dicho David y nora (a la que, por cierto, doy las gracias ^__^ ), petardas hay en todos lados, pero por suerte no son la mayoría, aunque sí que se hacen notar más. Así que, si se puede, se tiene paciencia con las que te encuentras, o directamente pasas de ellas. Es lo mejor para evitarte malos ratos.

    En cuanto a las palabras que se dicen, creo que es peor el cómo se dicen que las palabras en sí. Es decir, si te dicen "china de los huevos", obviamente no es cariñoso (es indefendible decir que eso es con cariño), pero si por ejemplo, en el caso de la niña de Núria, alguien dice "sí, parece chinita", creo y quiero pensar que se dice con cariño y refiriéndose simplemente a unos rasgos físicos que la caracterizan más que a cualquier otra cosa (para bien o para mal, aquí a los ojos orientales se les dice achinados).

    Que hay muchas personas maleducadas, sí. Que hay mucha incultura, también, tanto en este tema del que hablamos como en muuuchos otros. Que a quien no quiere o no sabe escuchar es inútil intentar explicar, clarísimo.

    Pero bueno, como siempre estamos diciendo, en todas partes hay gente de todo tipo, y en general hay más de lo bueno que de lo malo ¿no?

    Un beso

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  8. Ante todo, lo siento mucho por contestaros tan tarde. Y muchísimas gracias por leer esta entrada tan larga. La he repasado de nuevo y me he sorprendido porque era demasiado larga. Además, soy una chica muy quejica. A pesar de todo, gracias por dejar vuestros comentarios aquí.

    Hola, Damajessica. Me siento muy aliviada después de leer tus palabras. En aquella situación, sentí que me estaba oponiendo a toda la gente, o sea, a todos los españoles con los que estaba acompañada. Me sentí muy sola. Muchas gracias. Saludos.

    Hola, Miguel Ángel. Gracias por tu comentario. No quiero decepcionarte, pero sigue sin gustarme cocinar. Jajajajajaja. Bueno, nadie me lanza la palabra “¡China!” cuando estoy en la calle acompañada de algunos occidentales. Así que entre mis conocidos hay mucha gente que no sabe lo que me ha ocurrido. Me alegro de que tú lo entiendas. En el futuro, voy a intentar utilizar la potencia de la cerveza para prestar poca atención a ciertas cosas. Saludos.

    Hola, Nora. Hace tiempo que leí tu entrada sobre este tema. Y yo quería escribir algún día en mi blog sobre el mismo asunto para saber qué opinaban los españoles que me leen. Afortunadamente, mis lectores son capaces de ver la realidad desde mi punto de vista. Eso me ha dejado muy tranquila porque me preocupaba y me da valor para afrontar lo que venga. Estoy feliz. Ya estoy bastante satisfecha con esta experiencia como contestona. Así que en adelante, voy a intentar comportarme con ese tipo de gente de manera que no me hagan perder el tiempo ni mi energia. Gracias. Saludos.

    Hola, Nuria. Gracias por compartir tus vivencias y tu comprensión. La opinión se basa en tu propia experiencia, así que tú y Nora podéis entender mejor que nadie mi situación. Por eso me siento muy animada. Porque por tu experiencia personal, a la vez, puedes tener una idea completa y detallada sobre un asunto que tiene muchas facetas y que además es desconocido para la mayoría de la gente. Si viviera tu misma situación en el futuro, intentaría sonreír y seguir vuestros consejos. Soy una japonesa práctica y entiendo que debo sacar provecho hasta de mi propia caída, pero tengo corazón y he recibido una educación muy respetuosa hacia los demás. Así que puedo comprender lo que sientes cuando te encuentras con la falta de tacto de otras personas. Saludos.

    Hola, David. Gracias por tu comentario. Tengo la misma opinión que tú, o sea, es inevitable recibir algún tipo de racismo ya sea grave o ligero mientras vivo fuera de mi tierra. Y creo que voy acostumbrándome a eso poco a poco. Al principio, me estresó mucho porque no podía replicarles nada y tampoco podía opinar nada por falta de nivel en mi español. Después, me molestó porque no había gente a mi alrededor que supiera de esa realidad que me ocurría. Y ahora, ya sé que hay mucha gente como vosotros que sabe de esa realidad y además es totalmente diferente de este tipo de gente. Además, ya he luchado con una española sobre este tema, en español y a discreción, aunque me ayudaba la potencia de mi cerveza. Así que desde ahora voy a usar el remedio que me recomendáis. No malgasto más mi energia. Muchas gracias. Saludos.

    Hola, Aran. Gracias por tu comentario. El problema es que lo malo se hace notar llamativamente como tú dices, aunque en el fondo sé que hay más de lo bueno que de lo malo. Así que a veces puedo equivocarme fácilmente y tener una impresión errónea al creer que algo puntual que se repite varias veces en un corto plazo de tiempo es la norma general. Últimamente, me he dado cuenta de que ese tipo de gente no me molesta y me enfada tanto como hace tiempo. Creo que me he arreglado y estoy en paz conmigo misma sobre este asunto. Muchas gracias por todo. Saludos.

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