sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Aceptar o abandonar?

Antes de volver a Japón, en España me matriculé en un curso oficial y presencial que empezaba en septiembre. Cuando lo solicité, podía elegir el horario del curso que quería. Había cinco opciones de horario. Uno de los horarios era por la mañana, los demás eran por la tarde. Yo elegí el horario de por la mañana, concretamente, era desde las nueve y media hasta las doce menos cuarto. Esa era la única opción para estudiar por la mañana.

Aunque solicité un horario de por la mañana, no estaba segura de si podría estudiar conforme a mi deseo sobre el horario. A veces, tendría que aceptar un resultado contra mi deseo por el número de estudiantes que solicitan el mismo curso. El caso es que no publicaban la noticia concreta hasta el primer día del curso. El curso empezó. Fui a la escuela el primer día para asistir a mi clase de las nueve y media. Leí el tablón de anuncios y me encontré con una desagradable sorpresa.

El resultado no era el que había solicitado, pero tampoco es que tuviera que estudiar en un horario de por la tarde. Habían creado un horario nuevo que no había en el formulario de suscripción y me destinarían a ese horario nuevo. Concretamente, era desde las doce hasta las dos y cuarto. Y el horario original que solicité desapareció, como si no hubiera existido desde el principio. Me quedé allí hasta la nueva hora de comienzo de la clase.

Hay varias cosas con las que no estoy de acuerdo. Bueno, pero ya llevo cuatro años viviendo aquí. No soy profetisa, pero lo imaginaría en mi subconsciencia. Puedo decir que si fuera hace tres o cuatro años, habría estado enfadadísima y cabreadísima con esa situación. Pero bueno, con el transcurso del tiempo, parece que voy consiguiendo la manera de defenderme de algo como eso. Además, afortunadamente, puedo asistir a las clases en ese horario nuevo, aunque no me gusta.

Sin embargo, los otros compañeros, que todos son españoles, ya no querían pasarlo por alto. Sobre todo, el estado de rabia de una compañera fue tan alto que me alegró mucho, aunque lo sentía mucho por ella. ¡Los españoles también estaban enfadados como yo en esa situación!

Ella también esperaba el horario de por la mañana como yo. Lo diferente de mí era que ella no podía venir a la clase de este otro horario por razones de trabajo. Así que si no hubiera existido el horario de por la mañana, no se habría matriculado en ese curso ni habría pagado el coste de la matrícula. Así que ella comprobó si era seguro que se realizaría el curso en el horario de por la mañana. Y lo confirmó y lo solicitó. El caso de ella no es el único, hay muchos compañeros como ella, o sea, no pueden venir a la clase en otro horario por sus trabajos. Sí, el resultado es muy lamentable para ellos.

Lo que no me podía creer era que, según ella, le ocurrió exactamente lo mismo el año pasado. Como ella no podía quedarse en clase hasta las dos y cuarto, el año pasado, tuvo que irse a mitad de la clase. O sea, hay dos días de clase a la semana. Un día se podía cambiar el horario al que ella quería llegando a un acuerdo con la profesora. Pero el otro día no se podía. El resultado fue que ella suspendió por falta de asistencia a clase. Así que este año, antes de matricularse, comprobó el horario. Pero una vez que comienzan las clases, le ocurre lo mismo que el año pasado. Es lógico que no le convenza nada.

Creo que el profesor no tiene ninguna culpa, pero en cuanto empezó la clase, ella empezó a quejarse del horario. Como la mayoría de los compañeros tenía el mismo problema, antes de presentarnos nada, la clase estuvo llena de quejas. Pronto se interrumpió la clase y todos nosotros fuimos juntos con el profesor a ver a la jefa de estudios.

Ese día fue muy interesante para mí, es decir, podía ver cómo se quejaban los españoles y cómo la jefa de estudios se explicaba con excusas sobre esta situación. Por supuesto que no solucionó nada en ese momento y la respuesta se aplazaba.

El otro día recibí un correo de mi profesor sobre el resultado del cambio de horario. Él dijo que uno de dos días se podía adelantar la hora de inicio de la clase tal como nosotros queríamos, pero el otro día era imposible. Bueno, lo imaginaba, pero ¿qué les pasará a los otros compañeros, sobre todo, a ella?

Estoy muy interesada en la siguiente clase. ¿Tenemos que aceptarlo? ¿Ella abandonará seguir con sus clases?

El almuerzo de hoy 18 de septiembre de 2010:
Aperitivos de queso y salchichón.
Cruasanes.
Ensaladilla de atún, brotes de soja, lechuga y tomate con un toque de perejil.
Patatas fritas, huevo frito y lomo adobado a la plancha.
Elaborado entre fogones por Macarena.

La comida del día 30 de julio de 2010 en Japón:
(Arriba a la izquierda)
El desayuno: Té inglés, pan de molde recién hecho, mini tomates, lechuga, jamón cocido y maíz.
(Arriba a la derecha)
El almuerzo: Espaguetis con la salsa de cangrejo a la crema.
(Abajo a la izquierda)
La cena: Sopa de Miso, arroz en blanco, ñame, KIMUCHI, sardinas secas enfiladas por los ojos, TSUKEMONO de berenjenas pimientos verdes con carne picada de cerdo fritos.
(Abajo a la derecha)
El postre: TOKOROTEN.

5 comentarios:

  1. Hola buenas tardes!!

    Destacar que cosas así pasan más de lo que deseamos. No sólo a una japonesa, que además no le gusta cocinar, también a los españoles. Al ser un curso oficial, el "engaño" es una cosa seria. Pero otra cosa que irás aprendiendo es que quejarse individualmente, generalmente no tiene los efectos deseados. Te suelen ignorar bastante. La única solución es quejarse en grupo. No dudes que se modificó el horario por quejaros todos juntos. Pero a mi modo de entender, la mejor opción era no ir nadie al curso y exigir el horario ofrecido. A no ser que le sea de vital importancia la chica no tendría que ir, y tendría que poner una queja al ministerio de educación.
    Esto es lo que hay Macarena.
    Gambate kudasai anatta.

    Gracias por leerme.
    Buenas tardes!!

    ResponderEliminar
  2. Espero que como minimo les devuelvan el importe de la matricula! Aunque seguro que se escudaran en algo para no hacerlo ¬_¬ tsk!

    y como dicen ahi arriba...si al gente va en masa suelen hacer algo, pero se de un caso en que 40 personas se quejaron de que als 40 menos 1 estaban suspendidas (cuando iban a clases adicionales solo para esa asignatura, pagando y todo) y no hicieron ni caso ¬.¬

    Cuando se trata de papeleo, los españoles siempre nos quejamos, incluso a veces sin razon! XD

    ResponderEliminar
  3. Hola, Miguel Ángel. Parece que este asunto ya se ha terminado. Para mí el final ha sido sorprendente y al mismo tiempo totalmente decepcionante porque lo imaginaba por mis experiencias pasadas. Por eso pienso que la situación del cliente en España es muy frágil. He aprendido cómo concluyen este tipo de asuntos los españoles. Para mí, ha sido una experiencia muy valiosa. Saludos.

    Hola, Perdidos en Mundo Yupi. ¿Eres CosaRara? Bueno, parece que este asunto se ha terminado, aunque todavía no sé si los compañeros harán algo más. He aprendido que es importante agruparse cuando nos quejamos de algo. Los papeleos me hacen cabrearme también. Me siento identificada con los españoles. Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Si es que tengo dos cuentas y se me cambia a la una o ala otra cuando le da la gana >.<U perdona la confusion.

    ResponderEliminar
  5. Hola, Perdidos en Mundo Yupi. No te preocupes. Pero ahora estoy más tranquila. Gracias por aclararme. Saludos.

    ResponderEliminar