domingo, 12 de septiembre de 2010

Mi malentendido

Como en España no hay tiendas como las tiendas de cien yenes en Japón, aquí voy a la tienda china para satisfacer mi apetito. No sé si es correcto decir "la tienda china", pero hay mucha gente que la llama así, por eso voy a utilizar ese nombre. No tiene nada que ver con la tienda de cien yenes de Japón, pero hay mucha variedad de productos, así que puedo disfrutar bastante.

Pero hay un inconveniente. No sé por qué, bueno, sí sé por qué, es por mi cara. Como tengo un aspecto asiático, muchas veces me confundieron con una dependiente de la tienda china, sobre todo, la mayoría de las personas que se confundieron eran españolas mayores.

Cuando acababa de llegar a España, como todavía no entendía nada de español, me turbaba mucho que las personas mayores me soltaran un monólogo en la tienda china. Pero a medida que pasaba el tiempo, iba entendiendo que ellas me hablaban porque pensaban que yo era una empleada de la tienda.

Sin embargo, nunca pude sacar unas palabras adecuadas en ese momento. Es que no se me daba bien el español. Así que al principio, yo decía algo así: "Yo no sé." "Yo no soy de aquí."

No sé si funcionaban mis palabras, pero creo que ellas me entendían, porque después, empezaban a decir excusas: "Ay, perdón, es que había pensado que eras... Jajajajajajaja." ¿Por qué sin falta se reían al final?

Aunque siempre he sido cliente de la tienda china, ahora he llegado a actuar exageradamente para demostrar a las mayores que yo también soy cliente. Por ejemplo, llevo un producto como si buscara otro más, o llevo a mano una cesta de la compra para demostrar claramente que yo soy cliente. Pero para las españolas mayores eso no sirve para nada.

Hace poco, cuando estaba a punto de resignarme a tal destino, fui a la tienda china y contemplé una escena increíble. Un español joven, y era segurísimo que era español, estaba haciendo la compra con muchos productos en las manos. Era segurísimo que él era un cliente como yo. Entonces, las dos mayores le preguntaron de repente al muchacho: "¡Oye! ¿Tienes una cosa que bla-bla-blá?" No daba crédito a mis ojos, es que esa escena me tocaba siempre vivirla a mí, pero no, esta vez le tocaba a un español joven. ¡No me lo podía creer!

Me sentía súper curiosa, así que me quedé mirando a ese español y oí cómo él les contestó amablemente a las dos mayores españolas: "Yo no lo sé." Después de un momento de silencio, las mayores se pusieron a reír: "Jajajajajajajajaja. Es que pensé que eras... Jajajajajajajajaja."

He sacado dos conclusiones. Una es que si me confunden con la dependiente de la tienda china no es porque tenga un aspecto asiático. Otra es que las mayores siempre se ríen al final.



El almuerzo de hoy 12 de septiembre de 2010:
Hamburguesa casera con lechuga, tomate y queso.
Ensalada caliente de repollo y zanahoria con rábanos.
Sopa de maíz.
Elaborado entre fogones por Macarena.



La comida del día 24 de julio de 2010 en Japón.
(Arriba a la izquierda)
El desayuno: Té inglés, tostada con paté, repollo, huevo frito y salchichas.
(Arriba a la derecha)
El almuerzo: SOMEN y TEMPURA.
(Segunda)
La merienda: DANGO de sésamo negro, DANGO de ANKO y té verde japonés.
(Abajo)
La cena: Sopa de MISO de almejas, CHIRASHIZUSHIm KIMUCHI y cacahuetes de MISO.

4 comentarios:

  1. Hola buenas noches!!

    Para empezar por el principio, en la zona donde yo vivo todo el mundo dice "voy a los chinos", y se entiende que vas a las tiendas de todo a 100, regentadas por los chinos.Que te confundan con una dependienta en una tienda de éstas, lo veo muy muy lógico, al final todos sois asiáticos. Lo de reírse cuando uno comete un error, lo veo muy acertado, ¿sabiduría de personas mayores?. Voy a intentar hacerlo yo. Creo que además de ser una mujer "hermosa en España", de conservarte muy bien, la gente te puede confundir con una dependienta, porque tienes cara de buena persona, y eso da confianza.
    Por cierto, ¿venderías muuuuuucho?.

    Gracias por leerme.
    Buenas noches!!

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  2. Creo que las personas mayores ya no se fijan y le preguntan a quien pase si tienen tal o cual producto. Quizas lo hagan por divertirse, y funciona ¿no crees?

    saludos

    Coca

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  3. Jajajajajajaja !!! Yo también me he reído al final, pero es que la historia está muy graciosa.
    Es lo que les pasa a las personas mayores, que a veces andan despistadillas ;-)
    Un abrazo !!

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  4. Hola, Miguel Ángel. Gracias por tu opinión. Me confundieron porque soy una persona “bella”. Entonces no hay otro remedio. Jajajajajajajaja. Puedo aguantarlo por mi “belleza”. Saludos.

    Hola, Coca. Antes, en el supermercado, una señora mayor me preguntó si unos tomates serían adecuados para el gazpacho. Me sorprendí. ¡Me lo preguntaba a mí! ¿¿¿A mí??? ¿¿¿Eso era para divertirse??? Saludos.

    Hola, Nuria. Las mayores me hablan en cualquier sitio despreocupadamente y creo que sin ninguna intención. A veces no entiendo bien lo que dicen, y me siento culpable porque no puedo contestarles algo adecuado. Así que en ese momento, yo también debo reír. Saludos.

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