lunes, 25 de octubre de 2010

Una quejica profesional

Un día de clase, practicábamos un debate. En cada pequeño grupo, una persona se quejaba de algo y otra persona tenía que defenderlo. O sea, teníamos que debatir algo entre una persona quejica y una persona razonable.

Al principio, teníamos que decidir quién representaría el papel que tenía que refunfuñar por cualquier motivo. En mi grupo, yo me ofrecí como la más adecuada para desempeñar ese papel sin ninguna duda. Así que me quejé sobre varias cosas sin importancia que encuentro incómodas en España desde mi punto de vista de japonesa.

En mi primera queja expuse: "Aquí, en España, la gente habla en voz alta o incluso gritando por la calle." Es como si llevara toda la vida discutiendo. Me daba miedo. Mi compañera española se defendía: "Es que aquí no te escucha nadie si hablas en voz baja."

En mi segunda queja expuse: "Aquí, parece que las obras se empiezan y no terminan nunca. Siempre hay retrasos." Mi compañera española se defendía: "Tienes que tener más paciencia. Las cosas en España van a un ritmo más tranquilo. España es así. Nosotros nunca tenemos prisa."

En mi tercera queja expuse: "En España, el almuerzo y la cena se hacen muy tarde." Ay, ella tenía que defenderlo. Mi compañera española me dijo: "Sí, es verdad, pero es porque nosotros nos levantamos más tarde y hacemos todas las cosas más tarde. Así que la hora de las comidas también se hace más tarde que en los demás países."

En mi cuarta queja expuse: "¿Por qué los servicios públicos están muy sucios? ¡Es desagradable!" Ay, ay, ella tenía que defenderlo. Mi compañera española se defendía: "Sí, es verdad, pero también hay servicios sucios en otros paíeses. ¿No?"

En mi última queja expuse: "El domingo, casi todos los supermercados suelen estar cerrados. ¡Es aburrido y muy incómodo para organizarse la vida diaria!" Ay, ay, ay. Mi compañera española me dijo: "Estoy de acuerdo. Tienes razón." Ya abandonó defenderlo.

Fue una clase muy pacífica y acogedora. Me quejé de unas cositas, pero riendo con mis compañeros de clase. Ella se defendió de casi todas mis quejas, pero riendo. Pensé que mis cuatro años en España me habían ayudado a madurar hasta que pude quejarme de algo en tono de broma. Bueno, fue sólo una práctica de clase.

Cuando iba a salir del aula, un compañero español me hizo una pregunta "prohibida" con cara seria y preocupada: "¿Tú estás feliz en España?"

El almuerzo de hoy 25 de octubre de 2010:
Pasta nido de espinacas con nata y mantequilla.
Patatas fritas.
Ensalada de lechuga, zanahoria, pasas y brécol.
Pera y ciruelas al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

4 comentarios:

  1. Hola Macarena, en todos lados hay quien defiende a su ciudad o país, aun sabiendo que las cosas no estan del todo bien.

    Yo alguna vez omente con amigos que es bueno tener una "terapia de quejas" a lo mejor no resuelve mucho pero por lo menos dices lo que te incomoda.

    Saludos

    Coca

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  2. Hola buenas noches!!

    Que pena que eso no sea más habitual en la vida diaria, exponer quejas de una forma amena y agradable. Cuanto se soluciona y cuanto se aprende así. Por cierto, no has comentado que contestaste a la pregunta que te hizo tu compañero de clase, eeeeeeeh.

    Gracias por leerme.
    Buenas noches!!

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  3. La gente habla en voz alta: cierto, a mí también me enerva esa manía, acaba uno con dolor de cabeza.
    Las obras terminan siempre con retraso: no siempre, y no es cierto eso de que "España es así", el buen profesional hará lo posible por terminar a tiempo y corréctamente su trabajo, el chapucero no y luego se quejará de que no tiene trabajo; hay un arma muy buena contra los chapuzas: correr la voz.
    El almuerzo y la cena se hacen muy tarde: esto es una simple cuestión de costumbres, no es bueno ni malo.
    Los servicios públicos están muy sucios: cierto, por lo general así es, hay mucha gente que parece salida de las cavernas y no sabe usar un servicio si no es dejándolo todo sucio, es cuestión de educación.
    Los supermercados cierran en domingo: cuestión religiosa JAJAJA! "Dios hizo el mundo en seis días y el séptimo descansó".

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  4. Hola, Coca. Esa clase fue toda “una terapia de quejas” para mí. La disfruté mucho. Es que ya he tomado confianza con mi compañera. Pero el compañero que no me conoce mucho se sorprendió bastante. Debería pedirle perdón. Saludos.

    Hola, Miguel Ángel. Jejeje. Puedes imaginarte la respuesta a mi compañero como prefieras. La verdad es un secreto. Saludos.

    Hola, Sol. Tus defensas son muy buenas. ¿La cuestión del supermercado, no se puede cambiar, aunque se lo pidamos a Dios? Saludos.

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