El respeto al arroz

La verdad es que yo provengo de un país que es gran productor y consumidor de arroz. Por supuesto que también me gusta comer el pan y la pasta, pero el arroz es la comida principal y más familiar que yo recuerdo desde que era pequeña. Y cuando me llevo unos días sin comer arroz, me apetece mucho comerlo. Es como si experimentara el síndrome de abstinencia de arroz.

Mientras estuve viajando durante unos diez días con una amiga italiana, yo estaba muy harta de comer a diario pan, bocadillos, tostadas, etcétera. Como nuestros gustos de comida apenas coincidían en nada de nada, una de nosotras tenía que sacrificarse a la hora de comer. Y generalmente, una japonesa tradicional no impone su deseo con obstinación. Sin embargo, mi compañera de viaje era una europea tradicional italiana. Así que imagino que estará claro para vosotros qué pasó.

En cambio, cuando estuve viajando con una amiga coreana, ambas pudimos disfrutar de la comida sin ningún tipo de sacrifício por ninguna parte. Recuerdo que desayunamos con mucho gusto un plato de espaguetis a las once de la mañana en un bar cafetería de Madrid. Allí estábamos acompañadas de un español para el que, probablemente, ese desayuno juntos no habría sido sólo una sorpresa, sino también una tortura.

Nuestros gustos sobre la comida eran bastante parecidos. Sobre todo, queríamos tomar algo fuerte para empezar el día. Como pudimos desayunar pasta en Madrid, cuando fuimos a Granada, también pedimos un plato de espaguetis para desayunar en un bar. Pero el camarero de ese bar nos preguntó en tono severo: "¿Qué? ¿Espaguetis? ¡¡No, no!! ¡¡Aquí no!! ¿Pero queréis desayunar, no?" Junto a la entrada, había un cartel anunciando menús de pasta, pero no se decía desde qué hora se podían comer. Al final, no nos quedó más opción que pedir un típico desayuno tradicional de España: una tostada con mantequilla y un café con leche.

Bueno, lo que quiero decir es que, como Japón es un país arrocero, nosotros tratamos muy bien el arroz. Desde que somos pequeños, recibimos una educación muy respetuosa hacia el consumo de arroz y nos comemos hasta el último grano. Cuando sólo quedaba un grano de arroz en mi cuenco, mis padres o mis abuelos me decían: "Todavía queda un grano de arroz. Tienes que comerlo todo sin dejar nada."

No es porque fuéramos pobres, sino porque nuestra tradición mantiene una consideración especial hacia nuestro principal alimento. El arroz es fundamental en la dieta japonesa. El equivalente europeo quizás fuera el pan, pero no sé si en los europeos existe el mismo sentimiento especial sobre el pan como el que tienen los japoneses sobre el arroz ya desde hace siglos.

La educación infantil recibida me sigue afectando, aunque ya soy mayor de edad. Lo que pasa es que ahora también tengo el mismo pensamiento de no dejar un grano de arroz en el cuenco. Me molesta mucho que se dejen unos granos de arroz en el plato, aunque sea en el plato de los demás. En ese momento, me doy cuenta de que se manifiesta mi más pura esencia japonesa.

Por el contrario, cuando salen muchas migas de pan después de cortarlo, me enfado un montón y no siento nada parecido a lo que me pasa con el arroz. Las reuno y las tiro a la basura inmediatamente. ¿Tenéis algún sentimiento especial hacia las migas de pan como yo tengo hacia los granos de arroz?

El almuerzo de hoy 11 de diciembre de 2010:
Ensalada de lechuga, zanahoria y pasas.
Gratinado de macarrones, carne de pollo, espinacas, calabacín, cebolla y queso.
Plátano al natural con un toque de canela.
Elaborado entre fogones por Macarena.