jueves, 30 de septiembre de 2010

La manera de hacer el huevo frito

Ya hace más de cinco años que estuve en España para aprender flamenco y entonces me sorprendió mucho cómo la casera de mi piso estaba haciendo un huevo frito. Ella echó un huevo crudo dentro de una olla llena de aceite. Aunque entonces tampoco me gustaba cocinar, ya tenía suficiente experiencia en mi vida para saber hacer un huevo frito. Pero la manera de hacerlo de la casera de mi piso era tan diferente a mi manera que al principio no entendía lo que estaba haciendo.

Mucho después, supe que los españoles hacían el huevo frito a la manera de mi casera. Lo que pasa es que nosotros, bueno, por lo menos en mi familia, lo hacemos en una sartén. En la sartén se echa un poco de aceite y encima se añade un huevo crudo. Después, se echa un poco de agua y se tapa la sartén. Es decir, lo cuezo un poco. Pero creo que esta manera no es exclusiva de mi familia, la mayoría de los japoneses que conozco lo prepara de este modo, aunque no estoy segura de que todo el mundo lo haga así en Japón.

Lo que menos me gusta de la cocina es freír con mucho aceite. Así que no tengo muchas ganas de freír algo en casa. En primer lugar, me molesta mucho cómo queda la cocina después de salpicarse todo de aceite. Me quita las ganas de limpiar mi cocina. En segundo lugar, a veces me salpico de aceite, la salpicadura me quema y me enfado mucho. En tercer lugar, la comida frita está buena, pero parece que no es muy sana, aunque con una cerveza bien fría me encanta.

Últimamente, suelo freír varias verduras, sobre todo, patatas. Y de paso, hago el huevo frito a la manera española para acompañarlas en el plato. Inesperadamente, estoy disfrutando mucho con la manera española. No tenía esa sensación cuando lo hacía a la manera japonesa. Así que olvidándome de las manchas de aceite que quedan después de freír, reconozco que estoy enganchada al huevo frito. Pero, no os equivoquéis, no es que llegue a gustarme cocinar.

El almuerzo de hoy 30 de septiembre de 2010:
Arroz en blanco.
Ensalada de lechuga, zanahoria y pasas.
Plato combinado de salchichas fritas, patatas fritas y huevo frito.
Elaborado entre fogones por Macarena. 

La comida del día 12 de agosto de 2010 en Japón:
(Arriba a la izquierda)
El desayuno:  Sopa de MISO, arroz en blanco, sardinas secas enfiladas por los ojos, UMEBOSHI, TSUKUDANI de KOMBU, TSUKUDANI de almejas, cacahuetes con MISO, salmón en copos y judías rojas en dulce.
(Arriba a la derecha)
El almuerzo: Café de tetrabrik, tostada, beicon, lechuga, tomate, pepinos y huevo cocido.
(Segunda a la izquierda)
El postre: Yogur con arándanos.
(Segunda a la derecha)
La merienda: ANMITSU.
(Abajo)
La cena: TOFU, ensaladilla de nabo y atún, lechuga, mini tomates, YAKINIKU casero (carne de ternera, repollo, brotes de soja, berenjena y pimiento verde).

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¡Mírame!

Durante dos días seguidos fracasé a la hora de comprar una bombona de butano, es decir, esto me pasó ayer y el viernes pasado. Ay, ay, ay, ay, ay, ay.

El procedimiento que sigo para comprarla es calcular el momento en que pasará el butanero mirando hacia todos lados, asomarme desde la ventana, agitar la mano para que me vea y, cuando se da cuenta, levantar un dedo que significa: "Una bombona, por favor." Cuando él ve mis señas me trae una bombona nueva y se lleva una bombona vacía.

Como soy muy tímida, me da vergüenza gritar en voz alta como hacen los vecinos españoles, así que he utilizado esta manera para aprovisionarme de una bombona de butano. Y funciona. Bueno, por lo menos, funcionaba hasta hace dos días.

Sin embargo, estos dos días fracasados, el butanero no estaba mirando a ningún lado. Así que no tuve la ocasión de agitar mi mano. ¡¡¡Ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay!!! ¡¡¡No cambies ahora tu rutinaria pauta de comportamiento, por favor!!!

Estos dos días, solamente seguí el paso de un camión de bombonas con la mirada perdida colgada desde mi ventana. ¿Cómo puedo expresar este sentimiento tan solitario?

Hoy había huelga general, así que no ha venido el camión del butano. El día de la batalla decisiva será el siguiente viernes. ¡Butanero! ¡Mírame, por favoooooooor!

El almuerzo de hoy 29 de septiembre de 2010:
Aperitivo de tomate con ajo, aceite de oliva, perejil, pimienta negra y sal.
ONIGUIRI de OKAKA.
Berenjena asada con un toque de bonito seco y salsa de soja.
Zanahoria y pimiento verde en dulce.
Elaborado entre fogones por Macarena.

La comida del día 10 de agosto de 2010 en Japón:
(Arriba a la izquierda)
El desayuno: Sopa de MISO, arroz en blanco, KIMUCHI, atún a la plancha, MIZUNA cocida con un toque de bonito seco y TSUKEMONO de pepinos.
(Arriba a la derecha)
El almuerzo: Espaguetis a la salsa rosa, lechuga, tomate, huevo cocido y sopa de maíz.
(Segunda)
El postre: Sorbete de melón.
(Abajo)
La cena: Sopa de MISO con almejas, arroz en blanco, lechuga, mini tomates, pez espada a la plancha, repollo al natural cortado en juliana, cacahuetes con MISO, judías rojas en dulce, salteado de pimientos verdes, brotes de soja y carne de cerdo.

martes, 28 de septiembre de 2010

El semáforo lento

Sean lo que sean los ajenos, yo respeto el semáforo cuando cruzo la carretera. Para mí es igual tanto si se trata de una avenida como de una calle pequeña, quiero respetarlo. O sea, cuando el semáforo está en rojo, espero de pié junto al paso de cebra hasta que el semáforo cambie al color verde. Pero no cruzo la calle precipitadamente, aunque el semáforo esté en verde. Es que hay muchos conductores que no respetan el semáforo y se lanzan ignorando el disco rojo. Tengo que defenderme de esos egoístas. Son una bomba de relojería y nunca sabes cuándo pueden estallarte y estrellarte.

Sin embargo, a pesar de que me comporte correctamente, de vez en cuando, me siento incómoda porque mientras estoy esperando el semáforo hasta que cambie a verde, mucha gente que llega al paso de peatones empieza a cruzar la calle ignorando el semáforo. Como yo me paro delante del semáforo, la gente también para por un instante, pero después empieza a cruzar en caso de que no haya coche a la vista. Me siento extraña. Es como si respetar las reglas fuese una pérdida de tiempo.

En realidad, también hay gente que espera conmigo hasta que el semáforo cambia. Pero la mayoría empieza a cruzar dejándome atrás antes de que el semáforo se ponga en verde para los peatones. Además, aunque yo me comporto correctamente, a veces, me lanzan una mirada extrañada como preguntándose para dentro qué hace esta chica ahí parada como un pasmarote.

En la práctica, ignorando la señal del semáforo, es posible cruzar la calle con seguridad cuando no pasa ningún coche. Es que la distancia a cruzar es bastante corta. Se tardan sólo unos segundos en cruzar la calzada. Pero yo respeto el semáforo a toda costa porque estoy convencida de que es lo correcto.

Aunque no estoy de acuerdo con sentirme incómoda porque no soy culpable. Pero también entiendo que cuando espero delante del paso de peatones sin cruzar mientras los otros cruzan, la gente me mira con extrañeza. Es que podría cruzar en sólo unos segundos. Por eso me surge ese conflicto.

Pero yo creo que es por culpa del semáforo. Normalmente, los semáforos que me encuentro por el camino que uso no cambian durante largo tiempo. Me parece que la programación de los semáforos es incorrecta. A veces, tengo dudas de si el semáforo funciona bien o no, o incluso me planteo si estará roto o no y todo es a causa del largo tiempo de espera.

A pesar de eso, siento un poco de contradicción. Parece que los trabajadores de las obras trabajan bastante tranquilamente sin poner toda la atención en cumplir los plazos fijados. Por otro lado, los peatones no tienen la paciencia de esperar el próximo cambio del semáforo, creo que tardan hasta un máximo de dos minutos más o menos. Aun así, tanto los obreros como los peatones son igual de españoles. Entonces se me ocurre una pregunta: ¿Los españoles son tranquilos, o bien, impacientes?

El almuerzo de hoy 28 de septiembre de 2010:
Arroz con setas.
Ensalada de lechuga, zanahoria, pasas y queso.
Salchicha alemana con patatas fritas y huevo fríto.
Elaborado entre fogones por Macarena.

La comida del día 9 de agosto de 2010:
(Arriba a la izquierda)
El desayuno: Sopa de MISO, arroz en blanco, NATTO, atún a la plancha, cacahuetes con MISO, KIMUCHI, UMEBOSHI con bonito seco y alga NORI con MENTAIKO.
(Arriba a la derecha)
El postre: Té verde japonés y MUSHI YOKAN de castaña.
(Segunda a la izquierda)
El almuerzo: OKONOMIYAKI.
(Segunda a la derecha)
El postre: Pera japonesa.
(Desde la tercera hasta abajo)
La cena en un restaurante italiano pijo: Una cerveza bien fría, jamón cocido casero, sopa, pizza de queso, GNOCCHI, bavarois y flan.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Costumbres españolas

Como yo no me he criado en España, ni he recibido una educación como una española, de vez en cuando, el comportamiento de las españolas me sorprende un montón. Como antes escribí, algo de lo más representativo es el uso del cuarto de baño. Sobre este asunto, todavía me han quedado varias dudas.

Últimamente, voy al gimnasio. Lo que uso cada vez que voy allí es el vestuario. Aunque no soy española, como soy una chica, uso el vestuario de mujeres. El vestuario de mi gimnasio es bastante grande. Hay un montón de taquillas, duchas, saunas, servicios y también hay secadores de pelo. Así que después de sudar mucho por el entrenamiento de mi cuerpo, puedo ducharme y secarme el pelo. En consecuencia, cuando salgo del gimnasio, me pongo muy "guapa". Bueno, vamos a seguir en serio.

Por supuesto que el vestuario es un sitio donde los clientes se duchan y se cambian de ropa. Y normalmente cuando nos duchamos, primero tenemos que quitarnos la ropa. Es igual que cuando entro en las aguas termales del "ONSEN". Como soy japonesa, he ido varias veces al ONSEN. Naturalmente, es un sitio público, o sea, hay mucha gente desconocida y compartimos un sitio común y un poco de tiempo. Además, es un sitio donde nos desnudamos.

Según mi experiencia del "ONSEN" en Japón, aunque sólo hay mujeres en el vestuario del "ONSEN", nos cambiamos la ropa con discreción. Por ejemplo, cubrimos nuestro cuerpo con las toallas, o sea, tomamos algunas medidas para que el cuerpo sin ropa no se exponga a la vista de la gente. Por supuesto que hay gente menos pudorosa, de modo que no todos son así. Pero la mayoría de nosotras tenemos esa conducta de forma general.

Lo que me sorprende es cada escena del vestuario de mujeres. ¿Cómo puedo expresarlo? Es como una audacia, un atrevimiento, una osadía, o bien, una intrepidez...

De todos modos, no sé dónde poner los ojos.

El almuerzo de hoy 27 de septiembre de 2010:
Pasta de espirales con salsa pesto.
Lomo adobado a la plancha, brécol, ensaladilla de patatas, zanahoria, brotes de soja, atún y lechuga.
Elaborado entre fogones por Macarena.

La comida del día 8 de agosto de 2010 en Japón:
(Arriba a la izquierda)
El desayuno: Café con leche, sopa de maíz, tostada, beicon, lechuga, tomate, pepino y huevo duro.
(Arriba a la derecha)
El postre: Sandía al natural.
(Segunda a la izquierda)
El almuerzo: Sopa de MISO con nabo, arroz en blanco, atún a la plancha y ODEN.
(Segunda a la derecha)
La merienda: DANGO de sésamo negro.
(Abajo)
La cena: Sopa de MISO con almejas, arroz en blanco, TSUKEMONO de URI, lechuga, mini tomates, calamares fritos, repollo al natural cortado en juliana, gambas rebozadas, SAKIIKA, berenjena frita y una lata de cerveza bien fría.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Aunque me gusta la bulla

Aunque no me gusta cocinar, me gusta ir al gimnasio durante el fin de semana. Es que apenas hay gente, aunque tampoco están los entrenadores. Puedo utilizar las máquinas como quiera y cuando quiera. No huele tanto a sudor como los días de entresemana, además, el ambiente está muy tranquilo y el vestuario está casi vacío.

Así que últimamente voy al gimnasio sólo el fin de semana. No está bien, tengo que aprovecharlo más. Pero como todavía hace poco tiempo que acabo de volver de Japón, me siento tímida estando rodeada por muchos españoles.

Ayer, después de salir del gimnasio, fui al centro comercial para curiosear mirando por los escaparates. Últimamente me he pasado bastante tiempo en casa, pensé que a veces tenía que salir y respirar el aire de fuera.

Me encanta Tokio. Es porque es una ciudad gigante y siempre hay mucha gente en el centro. Cuanta más gente haya, más viva me siento. Así que cuando ahora veo muy poca gente en el centro de la ciudad donde yo vivo, me siento muy triste y desanimada.

Como ayer fue sábado, había mucha gente en el centro comercial. Bueno, para ser exacta, había muchos españoles. Debe de gustarme la bulla. Y sí, me gusta. Sin embargo, ayer había tantos españoles que me sentí incómoda. Aunque es normal, es que estoy donde vive el mayor número de españoles, en España.

No sé qué me pasó. Pero a pesar de seguir viviendo en España, estoy muy nerviosa con los españoles. Eso es una herida mortal para vivir en este país. Creo que tengo que tomarme una cerveza bien fría.

El almuerzo de hoy 26 de septiembre de 2010:
Arroz frito con salchichas, pimiento verde, cebolla, huevos y brécol.
Tomate con atún y pasas a la salsa mayonesa y cebollitas.
Yogur al natural.
Elaborado entre fogones por Macarena.

La comida del día 7 de agosto de 2010 en Japón:
(Arriba a la izquierda)
El desayuno: Café con leche, tetrabrik de café, pan recién hecho, lechuga, pepinos, salchichas, huevo duro y sandía.
(Arriba a la derecha)
Una lata de café negro frío y una lata de capuchino frío.
(Segunda)
Las latas de limonada.
(Tercera a la izquierda)
El almuerzo: SOMEN, TEMPURA y tomate al natural.
(Tercera a la derecha)
La merienda: Té verde japonés y maíz cocido.
(Abajo)
La cena: Sopa de MISO, arroz en blanco, quingombó, lechuga, tomate al natural, TSUKEMONO de URI, sojas verdes en rama, ODEN y una lata de cerveza bien fría.