lunes, 1 de febrero de 2010

¿Soy rica o pobre?

Hace cinco años vine a España con muchas ganas. Esta visita fue el motivo de que luego me quedara en España. En aquella época, aprendí flamenco y vine aquí para aprenderlo dejando mi trabajo en Japón. Fue muy agradable prepararme para ir a España, a veces inquietándome.
Un día en Japón fui a la oficina de cambio para conseguir euros. Al principio cambié bastantes yenes por euros, por si acaso. Es que no estaba segura de que pudiera hacer el cambio en España sin hablar español. Sí, yo soy bastante aprensiva. Como no sabía nada del euro, recibí mis euros como la cajera me los ofreció. Estuve muy contenta, es que ya tenía euros, podía comprar allí cualquier cosa con esta moneda. Ya no me preocupaba nada. ¡Perfecto! Yo guardé los euros pensando en ellos como si fueran billetes de juguete. Llegué a España por la noche. Aunque estaba muy cansada por el largo viaje, el corazón me latía de alegría. Y al día siguiente, lo primero que hice fue ir al supermercado. Bueno, esta vez no era por mi obligación como ama de casa, sino por la necesidad de sobrevivir. En esa época tampoco me gustaba cocinar, pero durante la estancia en España intentaba hacerme la comida para ahorrar dinero. Sí, ya desde entonces soy ahorradora. Bien, metí en el carrito lo que necesitaba para mí misma y fui a la caja. Aunque me desconcertó el sistema tan diferente de Japón, pude poner mis productos en la cinta transportadora observando y copiando a los demás. Y al final, yo le dí el dinero a la cajera, entonces ocurrió lo que nunca hubiera imaginado. Ella rechazó mi billete de euro. No quería aceptarlo. ¿Qué pasa? Como no entendía nada de español, por supuesto, tampoco entendía nada de lo que pasaba. Ella sólo se limitó a rechazar mi billete diciendo algo con un gesto de manos en aspavientos. Tenía que utilizar mi imaginación para entender esa situación y pensaba: ¿No puede comprar aquí una extranjera? ¿Tengo que pagar con la tarjeta de crédito? ¿Le he dado menos dinero del que tengo que pagar? ¿Le he dado yenes? Mientras imaginaba con mi máxima energía, la cajera iba diciendo algo con un gesto más teatral, además otra gente empezó a decirme algo también con un gesto exagerado. Pero para la persona en cuestión, que fui yo, fue ininteligible. Entonces me surgió la idea de que el billete que yo le ofrecí sería un billete falso. ¡Oh! ¡Era seguro que sí!
En conclusión, mi billete fue demasiado grande comparándolo con la cuenta total de mi compra. Le di un billete de doscientos euros, por otro lado, el total de mi compra fue de menos de treinta euros. Yo recibí este billete de doscientos euros antes de venir a España, sin saber que no podía utilizarlo en el supermercado. Eso me chocó mucho porque este billete es un billete de verdad y tiene un valor de doscientos euros, pero no funciona en el supermercado. Además soy de un país donde todos los tipos de billetes de yen pueden funcionar en cualquier sitio. Tenía mi cartera llena de billetes de cien euros y de doscientos euros desde el mismo momento en que acababa de llegar a España. Era lógico que yo me sintiera pobre aunque tenía dinero suficiente. ¡España es muy complicada!


El almuerzo de hoy 1 de febrero de 2010:
Arroz blanco y sopa de MISO.
Un plato de salchichas, calabaza y huevo frito.
Berenjenas asadas con bonito seco a la salsa de soja.
Ensalada de lechuga, pepinos, rábanos y pasas.
Elaborado entre fogones por Macarena.

2 comentarios:

  1. Supongo que alguien te lo habrá explicado ya, pero en muchos comercios no recogen billetes tan grandes por miedo a que sean falsos (aunque tengan detectores de billetes falsos). Y es que el euro, al ser moneda de curso legal en muchos países distintos, es una de las favoritas de los falsificadores. Todo esto me lo cuenta mi novia, que trabaja en un banco. Saludillos.

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  2. Hola, David. Hace poco que ví a unos extranjeros que intentaban pagar con un billete de 200 euros en una cafetería. Parece que, al final, la camarera aceptó su billete, pero después de una larga explicación. Ya te la podrás imaginar. Saludos también para tu novia.

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