miércoles, 14 de abril de 2010

¿No quiere otra taza de café?

A mí, como os contaba, además de que no me gusta cocinar, no se me da bien comer algo muy dulce. No es que no me guste, pero si tengo que elegir entre un "NIKUMAN" y un "ANMAN", sin vacilar, elegiré un "NIKUMAN".

Y si tengo que elegir entre un petisú y una tarta de queso, con alta probabilidad, elegiré una tarta de queso. Dicho sea de paso, un "NIKUMAN" es un bollo relleno de carne picada y un "ANMAN" es un bollo relleno de pasta de judías azucaradas. Los dos se comen calentados, principalmente, en la época fría.

Sin embargo, aunque no se me da bien, a veces, de repente, me muero de ganas de comer algo dulce, algo con mucha crema de nata, natillas o algo con chocolate. Normalmente, eso me sucede cuando estoy cansada físicamente y mentalmente.

Los pasteles que se venden en Japón no me traicionan, es decir, generalmente su apariencia y su sabor no distan mucho. O sea, después de meterlo en mi boca, no hay una sorpresa inesperada como sí experimenté aquí en España.

Sin embargo, aunque no son tan dulces como los de España, cuando como pasteles japoneses, yo necesito beber mucha cantidad de líquido, normalmente es té o café. Por supuesto que sin azúcar. Así que no hay problema cuando los tomo en mi casa, pero cuando los como fuera, por ejemplo, en la cafetería, es bastante duro.

Por supuesto que puedo pedir más café o té, pero cuanto más pido, está claro que hay que pagar más, además, en Japón, el café y el té de una cafetería no son tan baratos como aquí. Así que como soy ahorradora, no quiero gastarme mucho dinero en la bebida que acompaña a un sólo pastel.

Desde mi punto de vista, hay muchos españoles que comen algo dulce tomando un café con mucha cantidad de azúcar. Para mí, eso es increíble. El dulce de un pastel más el azúcar del café me resulta "¡¡¡demasiado dulce!!!". ¿NO? Al final, ¿no queréis neutralizar ese sabor en vuestra boca? ¿O queréis saborear el gustillo que deja el sabor dulce?

Yo soy del tipo de personas que quiere que el dulce se vaya inmediatamente de la boca después de tragar el pastel. Así que necesito beber mucho café o té para hacer desaparecer su rastro como si no hubiera comido ningún pastel. ¿Estoy loca?

En Japón hay un sistema que me gusta mucho y me parece muy conveniente. Hay muchos comedores que nos ofrecen el café que podemos tomar más libremente, o sea, pagamos el precio de una taza de café, pero podemos tomar más de una taza, es más, podemos beber hasta que no nos apetezca beber más.

En Japón hay una cadena de tiendas muy famosa por sus rosquillas. Allí podemos comer su especialidad mientras disfrutamos de la bebida que nos ofrece. Su sistema tiene una gran ventaja, podemos repetir cuantas veces queramos el café sólo o el café con leche y así tomarlo más libremente, aunque sólo pagamos una taza. Bueno, el café no tiene nada que ver con el café de España, aunque a mí me gusta. Pero para mí, que necesito mucha bebida con el pastel, esa es una tienda genial.

Últimamente, tuve muchas oportunidades de comer más pasteles españoles y cada vez sufría la misma sed por el dulce. Así que sentía nostalgia de mi tierra en esos momentos.


El almuerzo de hoy 14 de abril de 2010:
Nidos al huevo con salsa de tomate, pimiento verde, apio, carne picada de ternera, ajo y cebolla.
Ensalada de lechuga, maíz, pepino y tomate.
Elaborado entre fogones por Macarena.

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