martes, 6 de abril de 2010

Tal cual es la madre, tal es la hija

Mi madre tiene un carácter muy singular y de repente veo cómo se ha metido de lleno en cualquier cosa durante un tiempo, o sea, en un sentido, es una perfeccionista temporal de cualquier asunto que se propone o le llama la atención. Bueno, el tal "MOYASHI SOBA" ha sido una de aquellas cosas.

Cuando yo era alumna de primaria, mi madre no trabajaba fuera de casa, es decir, era ama de casa a tiempo completo. Cada día, yo volvía del colegio y mi madre preparaba la merienda para mí. Era muy variada. Un día galletas, algún día patatas fritas, otro día tortas de arroz, etc. A veces preparaba algo casero. Por ejemplo, rosquillas caseras, flan casero, etc. Yo estaba muy contenta cuando mi madre me preparaba algo casero.

Un día, llegó a mi casa un horno microondas como el que me acabo de comprar. Mi madre estuvo tan contenta como yo ahora. En general mi madre sólo utilizaba la parte del microondas como yo hacía antes en Japón. Pero un día, ella hizo un bizcocho redondo usando las funciones de la parte del horno. Yo lo disfruté durante la merienda después de volver del colegio. Estuvo muy bueno.

El día siguiente, ella hizo otro bizcocho redondo con el funcionamiento de la parte del horno. Yo también me lo comí como merienda después de volver del colegio. Estuvo tan bueno como el de la primera vez. Y al día siguiente, ella hizo otro bizcocho redondo con el funcionamiento de la parte del horno. Yo lo comí como merienda después de volver del colegio. En esa ocasión sentí que estuvo menos bueno que el bizcocho del día anterior. Es que ya estaba bastante cansada de comer el bizcocho de mi madre tantos días seguidos. Por fin, le dije a mi madre: "¿Otra vez?"

Ese fue mi pensamiento de entonces. ¡Qué mala hija fui! Yo no había tenido ninguna consideración con mi madre, aunque hizo para mí un bizcocho diferente cada día. ¡Perdóname mamá!

Pero, ya sabéis, ahora yo soy capaz de entender a mi madre. Seguramente, ella habría hecho bizcochos no sólo para su hija sino para sí misma, es decir, como yo hago ahora para depurar la técnica. Seguro que debió de experimentar el funcionamiento del horno nuevo hasta dominarlo. Oh, mamá, ahora tu hija está haciendo totalmente lo mismo que tú. Si tú supieras la realidad de tu hija, ¿qué me dirías? Ciertamente, yo soy tu hija.


El almuerzo de hoy 6 de abril de 2010:
Sandwich de huevo duro y jamón cocido, pepino y queso.
Aperitivos de mini tomates y banderillas.
Kiwi al natural.
Bizcocho de cacao con frutos secos para la merienda.
Preparado por Macarena.

2 comentarios:

  1. Estamos condenados a seguir la senda marcada por nuestros padres (jeje). ¿Por qué cuanto más tiempo pasa más nos parecemos a ellos?

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  2. Hola, David. Bueno, no sé por qué vamos pareciéndonos a nuestros padres. Pero es cierto. Es que ahora mi madre va pareciéndose a mi abuela y mi padre a mi abuelo. No es sólo el hábito o la costumbre, sino también el físico. Así que puedo imaginar fácilmente mi futura cara... Saludos.

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