jueves, 17 de junio de 2010

El día que me convertí en una contestona profesional

Ante todo, quiero deciros que este texto es un reportaje de un suceso de hace un mes. También es un texto de reflexión sobre mí misma. Probablemente, haya algunas expresiones inadecuadas y quizás haya gente que se sienta mal. Así que si no queréis sentiros mal, no os recomiendo leer este texto. Sin embargo, ese suceso me hizo darme cuenta de una cosa nueva. Así que para no olvidarlo y no repetir una tontería así, necesito anotarlo para mí misma. Pido disculpas de antemano si alguien siente herida su sensibilidad.

En resumen, yo alterqué con una española. Mientras que estaba altercando con ella, estaba plenamente segura de mí misma, o sea, pensaba que yo tenía razón. Por eso llegué a ser contestona. Pero ahora que miro atrás, me doy cuenta de que tengo muchas cosas que reflexionar sobre mí misma. Así que me gustaría anotar qué sucedió y qué pienso ahora. Al principio, voy a explicar un encuentro con esa española, pero por supuesto que todo es desde mi punto de vista.

El día que me encontré con ella por primera vez fue hace una año, durante la Semana Santa. Mi primera impresión de ella fue que parecía tener un carácter algo fuerte, o sea, me chocaba un poco. Es que para mí su forma de hablar era en tono agresivo, aunque no fuera su intención, esa era su forma natural.

Había varias razones por las que me dio una impresión así, por ejemplo, ella empezaba a hablar de lo que le daba la gana y a su ritmo, aunque interrumpiera a otra persona que estuviera hablando. Creo que este estilo de hablar toda la gente a la vez es algo frecuente en España. Además, cuando su amigo daba una opinión que era contraria a la opinión de ella, ella la rechazaba totalmente y no paraba hasta que se salía con la suya, hasta que él aprobara la opinión de ella como la correcta.

Al principio, pensaba que era alguna broma en una conversación entre amigos, pero me parecía que ella estaba demasiado seria. Ella estaba enojada seriamente y necesitaba tener toda la razón. El caso es que como no se solucionaba entre ellos dos, ella empezó a insistir en su opinión a otras personas de su alrededor para ganarse el apoyo de ellos: "¿Yo tengo razón, verdad? Yo tengo razón. ¿Verdad?" Con su cara y su ánimo vehemente, no había otro remedio que declararse a su favor para no discutir.

En aquella época, todavía estaba lejos de llegar a ser una contestona profesional. Encima, no podía hablar bien español. Así que con ella, yo pasaba más tiempo escuchándole que diciéndole algo. Esa chica española era una rival contra la que yo llegué a ser una contestona profesional.

9 comentarios:

  1. Falta la segunda parte de la historia ¿no? Es que mi sensibilidad no se ha sentido herida para nada, por ahora sólo puedo ver lógico que discutieras con una persona así.

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  2. A ver cuando llega el tomate que el prólogo te ha quedado muy light. Quiero sangre!

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  3. Hola buenas noches!!!

    Desgraciadamente creo que gente así la conocemos tod@s. Qué se puede hacer..........
    Viendo la entrada me ha surgió una duda bastante grande, ¿has comido hoy?. ;o).

    Gracias por leerme.

    Buenas noches!!!

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  4. Donde pone "ha surgió", debe poner "ha surgido"

    Perdón.

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  5. jajajajaja... qué buena entrada, Macarena jajajaja ... y qué bueno que lo puedas decir.
    Sabes qué, yo también pienso igual que tú :)
    Creo que tú y yo nos llevaríamos muy bien.
    A ver si nos podemos ver en Japón :)
    Un abrazo.

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  6. Ante todo, lo siento por contestaros tan tarde.
    Hola, David, Biruvito, Miguel Ángel, Nora. Bueno, ya es seguro que os sabéis toda la historia, así que por mi parte no hay nada más interesante que destacar. Cuando releo mis textos otra vez, pienso que quizás os esperábais que hubiera algo más. Por suerte, para mí no hubo algo más grave que haya que lamentar. Por otro lado, me ha dado la impresión de que os gusta mucho la disputa de los demás. ¿Verdad que sí? Es que reconozco que a mí también me pasa. Jejeje. Bueno, la verdad es que os doy las gracias por todos vuestros comentarios. Saludos.

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  7. @Nora. Si no te importara, me gustaría que nos conociéramos personalmente en Japón. Desgraciadamente, allí nuestra belleza natural pasará más desapercibida. Jajajajajaja. ¿Cómo podríamos hacerlo? Saludos.

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  8. Macarena,
    ¿El correo que me dejas en mi blog es real? Si es así, te escribo.

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  9. @Nora. Sí, puedes usarlo. Espero tus noticias. Gracias.

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