domingo, 14 de febrero de 2010

El día de San Valentín

Hoy es el día de San Valentín. No sé qué sentido tiene ese día en España. En Japón, hoy es un día en que las chicas se declaran a los chicos. Y el símbolo de la declaración es el chocolate. Hoy tenemos la costumbre de regalar chocolate de parte de las chicas a los chicos. Con antelación, las chicas preparan chocolate para el dueño de sus pensamientos. No sólo las jóvenes, sino también las adultas aprovechan este día para confesar su amor al dueño de su corazón. Todas libran un verdadero combate con sable. Se lo juegan todo a una carta porque es muy difícil atreverse a expresar tal sentimiento. Nadie puede burlarse de ese comportamiento de las chicas. Hoy es un día trascendental, un día de toda la vida. Alguien compra el chocolate muy lujoso en los grandes almacenes de primera clase. Alguien prepara el chocolate hecho a mano añadiendo su afectuoso amor. Ya no es solamente un chocolate, tiene un matiz muy importante. Los chicos tienen que recibirlo con aprecio, atención y respeto.

Bueno, francamente, es uno de los momentos más comerciales, además de una de las costumbres que continúa desde hace mucho tiempo. También hay una innecesaria costumbre de bombones que se regalan por compromiso el día de San Valentín, sobre todo, las oficinistas tienen que repartir bombones a superiores o compañeros en su oficina. Ninguna oficinista quiere hacerlo, pero ellas lo hacen según la costumbre. Es una tontería enorme. Pero no es sólo una carga para las mujeres. Es una costumbre equitativa. En Japón, el día catorce de marzo es el día para corresponder con un regalo de parte de los chicos a las chicas. Un regalo, generalmente, consiste en una bolsa de caramelos o golosinas de merengue blando de malvavisco "marshmallow". Ese otro día se llama "White Day". Se dice que el origen de esa costumbre proviene de Japón. Somos una etnia que tiene un gran sentido de las conveniencias sociales, imagino que de ahí nace este tipo de costumbres.

Yo misma participaba de esa costumbre cuando estaba en Japón. Cualquiera que sea la razón, es divertido regalar algo a otras personas. Entonces, a veces, en señal de gratitud regalaba chocolate a algunos hombres, pero lamentablemente, hay muchos japoneses a los que no les gusta el chocolate, o sea, los dulces. Así que, en alguna ocasión, el chocolate se convierte en un regalo muy embarazoso. Es una lástima, si fuera para los españoles, les encantaría esta costumbre japonesa.

Aprovechando esa costumbre, hoy he disfrutado la fondue de chocolate con un español al que le gusta mucho el chocolate. Aunque a mí no me gusta nada cocinar, no está mal preparar una mesa para pasar un rato agradable con un hombre. A pesar de todo, la fondue no puede considerarse propiamente como una comida, es que sólo he derretido el chocolate al baño María y he cortado en trocitos varias frutas. Pero, bueno, es suficiente como agasajo. Diga lo que diga, no me gusta cocinar.




Una mesa para el día de San Valentín, 14 de febrero de 2010:
Fondue de chocolate negro con frutas: kiwi, plátano, fresa y manzana verde.
Vino tinto de Rioja, cosecha de 2006.
Preparada con esmero por Macarena.

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