sábado, 27 de febrero de 2010

El sistema del pago

Ayer almorcé fuera de casa. Fue la segunda vez desde que empecé a escribir el blog. Era muy gozoso para mí no necesitar cocinar, es que no me gusta cocinar. Sin embargo, aunque me gusta comer en un comedor, hay una cosa que me incomoda. Es el sistema de pago de la cuenta. En general, en España pagamos la cuenta en la mesa donde comemos. Así que cuando terminamos de comer, llamamos al camarero y pedimos la cuenta. No sé si es inoportuno o no, pero frecuentemente tengo que esperar mucho tiempo desde que llamo al camarero hasta que salgo del comedor. Generalmente, los camareros están muy ocupados, ellos tienen que atender todo a la vez. Sé que ellos trabajan con todo su esfuerzo, pero no sé si ellos se olvidan fácilmente o no, necesito llamarles varias veces hasta que me traen la nota, y tardo mucho tiempo hasta que ellos reciben mi dinero, además, tengo que esperar más tiempo hasta que recibo el cambio. Para colmo, a veces no es correcto el cambio, entonces tengo que llamar otra vez al camarero y tengo que gastar mi tiempo para explicárselo y solucionarlo todo perfectamente. Así que me siento muy cansada después de comer. Aunque estoy muy satisfecha con la comida, me desilusiono cuando el pago no marcha sobre ruedas. Desde mi punto de vista, no sólo yo, sino que también otros españoles están irritados por la tardanza a la hora de pagar. En el restaurante donde fui ayer, muchos clientes como yo esperaban, a la vez, para hacer el pago de su cuenta. Es una lástima porque se estropea el tiempo disfrutado en la mesa.

Por otro lado, el sistema de pago en Japón es bien diferente. En general, nosotros pagamos la cuenta directamente a las cajeras que están frente a la caja registradora. Al principio recibimos toda la comida que pedimos en nuestra mesa, un poco después el camarero nos trae a nuestra mesa la nota de la consumición, pero siempre la pone bocabajo. Atención, es un detalle muy respetuoso. Así que, tras disfrutar el momento culinario acompañado de un esmerado servicio, vamos a la caja y podemos pagar la cuenta con esa nota, cuando queramos y después de comer. No necesitamos llamar al primer camarero al principio para saber cuánto ha sido el total a pagar, tampoco al segundo para darle el dinero, ni esperar al tercero para que nos traiga el cambio después de darse una vuelta. Como hemos sido atendidos por diferentes personas, muy de vez en cuando, al final tienen que corregir alguna equivocación.

Creo que yo estoy acostumbrada al sistema de mi país, por eso me parece incómodo el peculiar proceso de aquí. Pero ese sistema debe tener alguna conveniencia, aunque todavía no me he dado cuenta, porque si no, no hay sentido para seguirlo. ¿No os parece?

Sea como sea, no está mal aguantar tal incomodidad para no cocinar en casa.



El almuerzo de hoy 27 de febrero de 2010:
Aperitivo de tomate.
Patata cocida en dulce con un toque de algas y sésamo.
Brócoli y gambas con salsa mayonesa, mostaza y yogur con un toque de pimienta negra.
"ONIGUIRI" de arroz con verduras.
Elaborado entre fogones por Macarena.

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