sábado, 20 de febrero de 2010

El volumen

Aún conservo el recuerdo de que iba con mi madre a la carnicería, a la frutería o a la pescadería cuando era muy niña. Pero ahora tales tiendas van desapareciendo y se compran los artículos de uso diario en el supermercado. Yo también, cuando estaba en Japón, utilizaba el supermercado para hacer la compra.

Cuando vine a España, me parecía refrescante que hubiera muchas tiendas tradicionales, como la carnicería, la frutería o la pescadería. Además, la gente las aprovecha mucho. Como no podía hablar español inmediatamente después de llegar a España, era imposible utilizar tales tiendas, además me daba miedo de comunicarme con los tenderos. Así que iba al supermercado para hacer la compra, es que como ya sabéis, soy ama de casa, por eso tengo que desempeñar mi cargo aunque no pueda hablar español.

Al principio, me desorientaba la sección de verduras en el supermercado. No entendía cómo se compraba. Estaba acostumbrada al supermercado japonés, en el que las verduras se venden por paquetes. Y por poner, como ejemplo el pomelo, se indica el precio por unidad, no por el peso. Es decir, cuatro pomelos cuestan 200 yenes, por ejemplo. Así que elijo cuatro dentro de la montaña. Pero en España, se indica el precio por el peso, se dice que tantos euros por kilo. ¡No entiendo nada cuánto cuesta la cantidad que yo quiero! No puedo entender la relación entre el volumen y el precio. ¿Podréis imaginarlo? Cuando estaba en Japón, estaba acostumbrada a la representación visual, o sea, tenía la memoria visual, pero no sabía cuánto pesaba tal paquete de verduras. Nunca me ha llamado la atención el peso. Siempre compraba las verduras sin atender al peso.

Afortunadamente, en el supermercado, puedo elegir la cantidad que quiero, así que si quiero cuatro tomates, puedo meter en la bolsa de plástico sólo los cuatro que yo quiero. Pero me encontré con un problema en la tienda de frutas. Si comprara verduras en el supermercado, no habría ningún problema, sin embargo, iba agrandándose mi interés en las fruterías que los españoles todavía aprovechan mucho. Un día, tenía ganas de aprovechar tal tienda.

Ya podía comunicar lo mínimo en español con la gente. Estaba plenamente segura de mí misma. Era un paso adelante hacia mi nueva vida. Estaba animadísima. La frutería estaba llena de vivos colores. Cuando los veía, estaba completamente contenta. Sin embargo, me quedé atontada cuando la vendedora me preguntó: "¿Hija, cuántos kilos quieres" ¿¿¿Cuántos kilos??? Estaba intentando comprar champiñones.

Eran mucho más grandes que los que se venden en Japón. No imaginaba qué comida cocinaría con unos champiñones gigantes. ¡Oh! No olvidéis que a mí no me gusta nada cocinar. Pero en aquel momento, estaba feliz delante de tan gordos champiñones. Pero no podía comprender cuántos kilos de champiñones serían adecuados para mí. ¿Cuánto volumen tendría un kilo de champiñones? Aunque tenía pánico, sabía que un champiñón pesaba poco. Así que me parecía que un kilo de champiñones sería una montonera. No necesitaría tanto volumen, pero no sabía cuántos kilos tendría un paquete de champiñones de los que compraba siempre en Japón. No tenía ni idea. Además, si no compraba un kilo... ¿a partir de cuántos gramos podría comprar? ¿Sería posible unos 600 gramos? ¿400 gramos?

Cuanto más tiempo pasaba, más pánico tenía. Se me ocurrió una idea, sí, iba a preguntarle. Sin embargo, aún Dios me abandonaba, no me salían las palabras. No sabía cómo se lo preguntaría. Dije: "¿Un kilo cuánto es...? Ella dijo: "Un kilo es un kilo." Tenía razón. No obstante, no fue la respuesta que yo quería. Quería saber cuánto volumen tenía un kilo de champiñones. Es que necesitaba un criterio visual para decidir si lo compraría o no. Pero no conocía la palabra "volumen". Estaba entre la espada y la pared. Aunque intentaba hacerme entender gesticulando, al final abandoné y compré un kilo de champiñones. Estaba totalmente acobardada por la frutera. Eso ni que decir tiene que ahora uso el supermercado con mucho cariño.




El almuerzo de hoy 20 de febrero de 2010:
Salmón salteado al jugo de limón natural.
Pimiento y zanahoria salteados en dulce.
Ensalada de lechuga, pepino, tomate, maiz y pasas.
Arroz en blanco y sopa de MISO de ayer.
Elaborado entre fogones por Macarena.

2 comentarios:

  1. Hola Macarena!
    Es la primera vez que veo un sitio como este y me ha encantado!lo he descubierto por casualidad y la verdad, qué puedo decirte, pues que adelante chica que me encantan tus recetas y es de lo más didactido e interesante el saber de los pensamientos que una chica oriental como tú tiene tras el dia a dia que te supone la vida en este pais nuestro que como estoy comprobando es muy diferente al tuyo y veo que cuesta más de lo que pensamos el adaptarse a todo.
    Me ha sido muy ameno y curioso lo de las verduras en el supermercado y las verduras en la fruteria, pero animo que veras como con el paso del tiempo te conviertes en una experta en el tema de comprar frutas y verduras.
    Me estoy poniendo al dia en tu blog, aun no lo he leido todos pero estoy en ello, además voy a probar a hacer tus recetas porque aunque digas que no te gusta cocinar, tienen muy buen aspecto los platos que cocinas.Uhmmm como me gustaria comer un poco de ellos.
    Tengo una pregunta: Cómo consigues los alimentos japoneses?hay algun sitio en sevilla donde los venden?

    Gracias por haber creado este blog que nos va a servir de ayuda a muchas amas de casa que se estacan en la monotomia de la cocina tradicional.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola Anónimo:
    Muchas gracias por visitar mi blog y dejar tu amable comentario. Como tú ya sabes, normalmente cocino la comida a la japonesa, pero de una forma muy fácil, es que no me gusta cocinar. Para conseguir los alimentos que necesita la comida japonesa, yo voy a algunos supermercados chinos. También le pido a mi familia en Japón que me envíe lo que no puedo encontrar. En tu ciudad puede que encuentres una tienda conocida que se llama "Hiper Oriente", pertenece a una cadena de establecimientos que importa alimentos orientales. Bueno, me alegraría que tú leyeras todos los textos cuando tuvieras tiempo. Muchas gracias y saludos.

    ResponderEliminar