jueves, 4 de marzo de 2010

Los íberos golosos

Como el otro día os escribía, me gusta ir al bar español aunque me ponga nerviosa. La primera vez que visité uno, hubo una cosa que me sorprendió mucho. Fue la gran cantidad de azúcar que contiene en España un sobre de azúcar.

Me parecía que era muy grande. Así que lo miré cuidadosamente y descubrí que la cantidad de azúcar de un sobre era nada menos que de ocho a diez gramos.

Hay dos cosas que me sorprendieron. En primer lugar, me parece demasiada cantidad. ¿Se necesita tanta cantidad? En segundo lugar, la cantidad oscila en dos gramos y es una descripción vaga. No es justo de ocho gramos. ¿Cómo la ensobran?

Comparando con Japón, es muy diferente. Yo no he visto en Japón un sobre de diez gramos. Sé que hay un sobre de seis gramos, pero actualmente un sobre de tres gramos es lo corriente. Así que creo que entenderéis por qué me sorprendí.

En el bar español nos ofrecen el café con leche en un vaso o en una taza, pero me parece que no son tan grandes como los de Japón. Por supuesto que el tamaño de los vasos o tazas depende de los tipos de café, los hay más pequeños para el café solo, o más grandes para el capuchino. Pero el vaso o taza habitual para el café con leche no es tan grande como para echarle un sobre de azúcar entero, para mí el café queda demasiado dulce y pierde sabor a café. Por eso, normalmente, tomo el café con leche con menos de la mitad de un sobre de azúcar y, a veces, incluso sin azúcar. De esa manera, puedo disfrutar del sabor esencial del café.

Sin embargo, desde mi punto de vista, hay muchos españoles que se echan un montón de azúcar en su café, por lo menos, los que se sientan a mi alrededor. ¿Eso sabe bien? Tengo dudas de si ellos echan azúcar para tomar el café o si beben café para tomar el azúcar. Aunque solamente lo miro, tengo ardor de estómago, lo siento. No me gusta cocinar, pero tampoco me gusta algo demasiado dulce.

Mi impresión de los españoles es que todos son golosos tanto para el café como para el pastel. Pero cuando fui a Portugal, me quedé pasmada. La cafetería portuguesa nos ofreció dos sobres de azúcar por un café con leche. Por supuesto que eran sobres de diez gramos como los de España. No me lo podía creer. Según ese criterio, posiblemente sea obligatoria la rendición incondicional ante los pasteles portugueses, es que no puedo ganar ni contra los pasteles españoles.



El almuerzo de hoy 4 de marzo de 2010:
Aperitivo de tomate con aceite de oliva virgen y un toque de pereji, pimienta negra, sal y ajo.
Tortilla de repollo con corazones de queso.
Pasta espiral tricolor a la salsa de anchoas, con apio, ajo y cebolla.
Cruasán o medialuna.
Elaborado entre fogones por Macarena.

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