lunes, 1 de marzo de 2010

¿Por qué los champiñones estaban oscuros?

Uno de los seguidores de mi blog me dirigió expresamente una crítica: "No tiene buena pinta la foto de los champiñones". Él acentuó que no le gustaba esa fotografía. Bueno, entonces... ¿Qué podría decirle yo? No podía aguantarme la risa. Es que le pareció mal el aspecto de los champiñones, en serio. Creo que con mis fotos siempre se tiene una experiencia virtual de la comida, pero nadie debe sentirse como si le ofrecieran una tapa de champiñones quemada. El color oscuro de los champiñones no supuso una gran molestia para mí, pero es de agradecer que tenga seguidores que esperen tanto de mi blog. Desde hoy voy a intentar que nadie se desespere por el aspecto de la comida que hago, pero os recuerdo que no me gusta cocinar.

Me gustaría aprovechar para daros una explicación sobre los champiñones de ayer, quiero aclarar que no fue un fracaso al cocinar. Los champiñones tenían ese aspecto oscuro no porque estuvieran quemados, sino porque naturalmente tenían ese color. Quizás podáis imaginar que estuvieran un poco pasados, pero la textura y el sabor eran muy buenos, aunque puede ser causado por mi arte culinario. O quizás sea por mi manera de comprar. La verdad es que, a veces, antes de utilizar toda la comida que compro transcurren bastantes días.

Normalmente, compro gran cantidad de comida cada vez que hago la compra, pero lo hago para reducir la frecuencia de visitas al supermercado. Ir al supermercado es mi responsabilidad porque soy ama de casa, pero allí he tenido varias experiencias muy tristes. Así que para protegerme, he llegado a la conclusión de que sería conveniente ir allí las menos veces posibles. Es una pena, pero es la realidad.

Como ejemplo, puede serviros una experiencia que hace poco me tocó vivir. Fue en un establecimiento al que voy habitualmente. Tras elegir todos los artículos, hice la cola para pagar los productos que llevaba en el carrito de mi compra. Ese día había bastante cantidad, es que necesitaba muchas cosas porque estaba desabastecida. En la línea de caja habíamos cuatro personas, tres clientes por delante de mi turno y toda la gente llevaba el carro lleno. Entonces, llegó una señora y me preguntó: "¿Me dejas pasar antes que tú? Es que sólo llevo un par de cosas".

Aquí en España, hay mucha gente que lo pide así para adelantar su compra porque tienen mucha prisa. Parece que su tiempo es más importante que el de los demás. Al principio me sorprendí mucho porque en mi país nadie pide algo así. Sí, toda la gente en Japón respeta su turno sin importar la cantidad comprada. Sin embargo, entiendo que algunos españoles quieran pagar su cuenta lo antes posible, siempre y cuando haya mucha gente en cola y además se compre poco. Ahora ya estoy acostumbrada a esa petición así que ese día, como siempre, yo le contesté: "Sí, pase usted".

Esta señora con prisas se puso tras la mujer que inicialmente iba delante de mí. Entonces me percaté de un comportamiento increíble. La señora española que inicialmente iba delante de mí, esperaba su turno y llevaba el carrito igual de lleno que el mío y quería comprar tanto como yo. Naturalmente, yo pensé que la señora con prisas le pediría lo mismo a la señora que estuvo delante de mí. Me imaginaba que de la misma manera trataría de acelerar su compra por la misma razón que me había argumentado. Pero, para mi sorpresa, la señora con prisas no le pidió nada a la señora que inicialmente iba delante de mí. Esperó su turno callada esperando que la cajera terminara de atender a las tres personas que ahora ella tenía por delante.

Sus prisas ya estaban satisfechas sólo con pasar delante de mí, de la única cara extranjera que guardaba respetuosamente la cola. ¿Esto qué es? Me quedé muda de espanto. Es que su comportamiento no era lógico, ni digno. Si quisiera pagar rápidamente, tendría que pedirle a la señora que estuvo delante mía lo mismo que a mí. ¿No? Lamentablemente, es una clara señal de discriminación contra las personas orientales. ¿No os parece? Bueno, no estoy enfadada por eso, sólo me siento triste a veces. Pero sé que de vez en cuando tengo que aguantar esa actitud porque yo vivo en un país que no es el mío y hay más gente que la que yo esperaba que se empeña en recordármelo frecuentemente.

Afortunadamente, la señora que inicialmente iba delante de mi turno escuchó la petición que la otra mujer me hizo a mí, y también pensaba lo mismo que yo, así que ella sintió extraño que no le pidiera que la dejara pasar delante, y voluntariamente ella se lo ofreció: "Pasa tú primero". Pero presencié una actitud que me sorprendió de nuevo. La señora con prisas le contestó: "No, no se preocupe, ya no es necesario". ¿¿¿Qué pasa??? Ya estaba totalmente segura de que ella era una discriminadora y me daba un trato de inferioridad. ¿Verdad que sí?

Bueno, afortunadamente, la señora que estuvo delante de mí era una persona con sentido común, así que haciéndome señas a mí, le insistió y le insistió para que pasara delante. Al final aceptó y la perdimos de vista. La señora que pensaba como yo me dijo que había gente así en todas las partes del mundo, pero que en España eso no era lo que más abundaba. Bueno, le agradecí sus palabras y me sentí rescatada.

Así que para ir menos veces al supermercado, compro gran cantidad de comida de una sola vez. Menos mal que tengo a mi amable ayudante que se llama "carrito". Sí, es un carrito de tres ruedas que es capaz de subir escaleras y de soportar un peso gigante. Con este carrito me encargo de la compra. Entonces, tengo que estar en guardia cada vez que hago la compra. Y también tengo que vigilar que los productos perecederos estén frescos para no correr riesgos y así conseguir que la comida se mantenga perfectamente varios días después de hacer la compra.

Pero si tengo que elegir entre cargar con un montón de comida en el carrito por comprar menos veces de las necesarias o arriesgarme a vivir la discriminación más veces, aunque tenga que soportar un montón de peso, yo elijo cargar con un montón de comida porque lo otro es una pasada y pesa un montón.

Me gusta ser japonesa y no quiero cambiar mi cara, si tengo que ahorrar dinero no quiero gastarlo en operaciones faciales, prefiero gastarmelo en cervezas.



El almuerzo de hoy 1 de marzo de 2010:
Arroz en blanco y sopa de MISO con cebolla, TOFU y WAKAME.
Medallón de merluza coronado con tomate sobre un lecho de espinacas a la salsa rosa.
Salteado dulce de zanahoria y pimiento verde con un toque de sésamo blanco.
Patata cocida en dulce con algas NORI y un toque de sésamo blanco.
Elaborado entre fogones por Macarena.

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