viernes, 7 de mayo de 2010

Tengo la cara dura

Hoy he almorzado fuera de casa, o sea, no he cocinado para el almuerzo. ¡¡¡Oh, Dios!!! ¡¡¡Gracias, gracias!!! Como ya sabéis, no me gusta cocinar. Así, ni que decir tiene, que hoy viernes estoy de súper buen humor.

Adonde he ido es una casa regional de Castilla y León, es decir, un comedor donde se ofrece la típica comida de Castilla y León. Esta condición principal es su mayor atractivo.

Antes que nada, me he pedido una cerveza. Bueno, me la he bebido como un vaso de agua para acondicionar mi garganta y dejarla preparada para comer, porque mi garganta estaba reseca por el viento fuerte y el calor. Así que, sea como sea, la primera bebida ha sido una cerveza. Se dice así en japonés: "TORIAEZU, BIIRU."

Luego, he cambiado de bebida. He tomado una copa de vino tinto "BAJOZ", una mezcla de uva tinta de Toro y uva tempranillo. Es que me parece que la comida regional de Castilla y León combina mejor con el vino tinto que con la cerveza, lo digo desde mi punto de gusto. La verdad es que la carne estofada estaba muy tierna, muy sabrosa y no me he equivocado en mi elección de la bebida. Estaba totalmente satisfecha, sí señor.

Entre nosotros, la verdad es que a menudo, cuando como fuera de casa, aprovecho mi cara de origen japonés. No es que mi cara sea grande, sino que tengo la cara un poco dura. Si me obligan a excusarme, no se me da bien la carta, es decir, todavía no puedo entender bien sin ayuda qué se esconde detrás del nombre de cada comida de la carta.

No puedo preguntar constantemente al camarero sobre cada tapa, además, a diferencia de Japón, en la carta no hay fotos de la comida, así que no puedo imaginar qué tipo de comida es. Así que frecuentemente, miro a todos lados y observo qué comen los otros clientes. Y si me llama la atención algún plato, a la persona que esté cerca le pregunto: "¿Qué es esto?"

Afortunadamente, hasta hoy, toda la gente a la que le he preguntado me ha contestado amablemente y, además, me ha recomendado probar varias comidas que estaban muy ricas. Es decir, mi vida en el comedor no se habría formado sin la ayuda de los españoles. ¡¡¡Muchas gracias!!!

Sin embargo, a veces, me ocurre algo inesperado. Bueno, voy a ser sincera, a veces, es verdad que sí lo espero. Un ejemplo de lo que me ocurre puede ser así. Yo miro fijamente el plato de otra persona que está cerca de mí. Y cuando esa persona se da cuenta, le pregunto que qué es eso.

Me lo muestran y, a veces, me ofrecen probarlo. ¿Y qué contesto yo? Claro, por supuesto, la respuesta no podría ser otra, que sí. No hay razón para rechazar su amable ofrecimiento. Lo importante es que yo no pido nada.

Así que, a veces, puedo probar la comida desconocida, es decir, la que nunca antes he probado. Generalmente, yo creo que es porque, como soy oriental, mi cara les llama mucho la atención. La gente en el comedor suele ser muy amable con esa cara extranjera.

Bueno, no puedo negar que ese comportamiento mío es de tener la cara dura, pero, bueno, de vez en cuando, me hundo por esa cara oriental que recibe el jaleo de "china". Así que espero que a nadie le moleste que yo la aproveche alguna vez para recibir un pequeño "regalito" como compensación. ¿No? Son las dos caras de la misma moneda.

De todos modos, el pequeño "regalito" que he conseguido hoy ha sido muy especial: unas ancas de rana. Aquí se las comen rebosadas. Estaban muy ricas. ¡Gracias a mi cara oriental!




El almuerzo de hoy 7 de mayo de 2010:
1) Cecina de León.
2) Aceitunas de mesa.
3) Cebolla rellena de atún.
4) Estofado de alubias con jabalí.
5) Carrillada.
6) Lomo de orza.
7) Cerezas en aguardiente.
Acompañado con panecillos y picos.
Disfrutado por Macarena con vino tinto y cerveza.
Elaborado entre fogones por un cocinero castellano leonés.

2 comentarios:

  1. Yo creo que tu españolización va en aumento, jajajajajaja.

    Por cierto, vaya platos, qué bien te cuidas :O

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  2. Hola, David. ¿Qué parte de mi españolización va aumentando? Je, je, je. Saludos.

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